El fortalecimiento de la participación ciudadana en el nuevo “Plan Escuela al Centro”, donde incluye un fuerte impulso a los Consejos de Participación Social, presididos nacionalmente por el investigador José Sarukhán Kermez, preocupa porque hay, por parte de la SEP, un doble discurso, señala Alma Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (DIE-Cinvestav).
En entrevista con Educación Futura, la también Consejera Nacional Representante de Investigadores del Consejo Nacional de Participación Social (Conapase), señaló que preocupa mucho las contradicciones del discurso por parte del titular de la SEP, Aurelio Nuño, al anunciar el fortalecimiento de los Consejos, pero demostrar, en los hechos, poco apoyo a los mismos.
En el discurso, puntualiza, pone al centro la participación escolar a través de los Consejos, sin embargo, durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, no ha existido apoyo real para los diversos proyectos ni financiamiento para realizar los trabajos que se han planteado.
Todo se ha hecho de manera doméstica, artesanal, no hay financiamiento claro y real; sin ningún presupuesto fijo para poder desempeñar las labores.
Otra de las grandes preocupaciones, indica, es el tema del financiamiento a las escuelas, donde según Nuño, los Consejos de Participación Escolar, padres de familia y docentes, serán los encargados de vigilar los gastos y mantener una buena transparencia y rendición de cuentas.
Esto representa una preocupación, indica, porque en muchas de las escuelas ni siquiera existen los Consejos; y en muchas otras no hay una correcta participación de los actores educativos.
“En estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, prácticamente no existen Consejos de Participación, por lo que se corre el riesgo de que no exista supervisión en los gastos y de que las decisiones se tomen de manera muy vertical”.
Finalmente, advierte que la figura de la escuela se está volviendo un “potencial cliente” frente a muchos empresarios, pues su capacidad de autonomía en las compras, le vuelve vulnerable a ello.
“Si la escuela se ve como un ente que tiene dinero y no existe una correcta política de Participación Social, estas modificaciones pueden terminar en un verdadero problema”.