Alguna vez leí un texto que enfatizaba que todo inicio de un periodo, en cualquier ámbito de la vida, es una oportunidad. Si esta máxime se vincula con lo que sucede en nuestro día a día, sin duda estamos en Guerrero ante un período vital para lograr la transformación de la entidad, conscientes de lo que ello representa y atentos a cómo ocurrirá.
Guerrero, históricamente, arrastra como entidad federativa profundos y marcados rezagos, en la economía, en la salud, y desde luego en la educación; ante ello los gobiernos estatales han priorizado la operatividad de políticas y estrategias enfocadas más a mantener un status quo de dichos ámbitos, que a atender éstos de raíz, apuntalando a rutas de acción de largo plazo pero a la vez de mayor alcance.
En el caso de la educación, los rezagos se reflejan en las condiciones en las que opera el sistema educativo estatal, dentro de un contexto en el cual se han ido insertando, gradualmente, cada vez más variables que han convertido al tema educativo en algo sumamente complejo.
Tratar de encontrar responsables de estas condiciones parece tarea imposible, aunque la lógica señala que muchos de éstos siguen (y seguirán) siendo parte de dicho sistema, sin embargo los tiempos son diferentes, particularmente ante una sociedad más ávida de acciones que de promesas y alerta a lo que sucede dentro de la entidad misma, denunciando en algunos casos situaciones que atentan contra su funcionamiento o su estabilidad.
En este contexto, el gobierno estatal que tomará posesión el 27 de octubre del 2015 tendrá ante sí la difícil tarea de operar un sistema cada vez más estrecho y con poco margen de acción para las prácticas tradicionales de gobernanza, teniendo ante sí la necesidad de probar rutas y fórmulas de acción diferentes que pueden poner entredicho su naturaleza y convicción política misma. Con la finalidad de brindar un panorama sustancial del estado que guarda la educación básica en Guerrero se presentan los siguientes datos estadísticos:
La instrumentación de la Reforma Educativa 2013, junto con las acciones que derivaron de ésta, evidenciaron con notoriedad otras variables importantes del sistema educativo de Guerrero, como son el manejo de la nómina magisterial, las plazas sin techo presupuestal, las condiciones de infraestructura en las cuales se encuentran las instituciones educativas, e incluso la ausencia de un plan estatal educativo desde el cual se identificaran con claridad las rutas de acción que el gobierno estatal llevaba a cabo para subsanar la problemática educativa en la entidad.
Por lo anterior, resulta importante destacar en este ejercicio reflexivo que no pueden dejarse de lado las variables: sociales, salud, economía, cultura, inseguridad, violencia, familia… todas éstas que inciden de manera directa e indirecta en el sistema educativo.
Si consideramos que tras la reciente Reforma Educativa, el Estado debe ser garante del derecho a una educación de calidad, resulta muy importante comprender los alcances de dicha condición particularmente en una entidad federativa como Guerrero, acosada de históricos rezagos.
Una forma objetiva de realizar lo anterior y establecer acciones que permitan identificar algunas rutas y/o caminos a través de los cuales se impacten en las variables ya mencionadas, es asumiendo que la educación es un derecho humano, pero a la vez social (INEE, 2014), por lo cual la propuesta de las cuatro A (4–A) de Katerina Tomasevski, primera relatora sobre el derecho a la educación de la Organización de las Naciones Unidas es sustancial.
Continuará
Twitter: @IDHE85
Licenciado en Educación Primaria, maestro en Ciencias de la Educación y doctorante en Educación. Es asesor técnico pedagógico en la SEG y docente en el nivel superior y posgrado en la Universidad IEU.