El nuevo secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, tomó posesión del cargo el pasado 27 de agosto. Ese día, reunido con los subsecretarios y directores generales de la SEP, indicó que el principal objetivo de su gestión sería avanzar en la concreción de la reforma educativa que inició su predecesor: “Seguiremos trabajando para que salga adelante e implementemos la reforma que inició el licenciado Chuayffet”. (Excélsior, 27 de agosto 2015, nota de Lilian Hernández).
Es decir, que habrá continuidad en el enfoque general y acciones para cumplir los propósitos de la reforma iniciada en 2012. No podría ser de otra manera si se toma en cuenta que la parte fundamental del cambio fue anclada en la norma constitucional y en la legislación secundaria. Sin embargo, los actos y declaraciones recientes de Nuño Mayer parecen indicar un cambio de dirección en la forma de gestionar el proceso en su conjunto y de enfrentar las tareas pendientes.
La primera nota distintiva de tal cambio de estilo es la promesa de una mayor proximidad con el magisterio. En la inauguración del Coloquio Internacional para la Educación Pública, organizado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Monterrey el 4 y 5 de septiembre de 2015, el titular de la SEP anunció su intención de “recorrer el país para dialogar con ustedes (los maestros), porque son los protagonistas de la reforma educativa” (Milenio, 5 de septiembre 2015, nota de Francisco Zuñiga). En el mismo acto Nuño Mayer insistió en que las próximas evaluaciones docentes tomarán en cuenta los distintos contextos regionales y socioculturales de los docentes.
El 7 de septiembre, en la sesión inaugural de la cuarta Reunión Plenaria Extraordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu), el secretario anunció que se intensificará el trabajo coordinado entre el gobierno federal y las entidades del país. A tal efecto, propuso la organización de cinco zonas territoriales: Noroeste, Noreste, Occidente, Centro y Sur.
En esa reunión, Nuño Mayer comentó que el compromiso consiste en mantener reuniones de trabajo en dichas zonas, con una periodicidad trimestral, en las que participen autoridades educativas estatales, gobernadores y subsecretarios de la SEP, para analizar cómo va avanzando la Reforma en cada entidad y región, así como en las metas de todos los programa en materia educativa: “Quiero que sea un diálogo completo e integral; un diálogo en donde la autoridad federal pueda escuchar de las autoridades locales, cuáles son sus problemas, cuáles son los retos que tienen que vencer, y cómo podemos coadyuvar para solucionar esos problemas”. (SEP, Comunicado de Prensa 260, 7 de septiembre 2015).
Al día siguiente (8 de septiembre), Eruviel Ávila Villegas, gobernador del estado de México y actual presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), se comprometió a respaldar la propuesta hecha por Nuño Mayer, para dividir el país en cinco regiones educativas para atender de manera puntual las necesidades del sector educativo. Aún está pendiente la confirmación del acuerdo al seno de la Conago, pero todo parece indicar que no habrá mayor problema en hacerlo transitar. Eruviel agregó: “Aunque mañana voy a recibir al secretario de Educación, al maestro Aurelio Nuño, vamos a inaugurar obras educativas, pero desde ahorita quiero comentarle y compartirle la postura de la Conferencia Nacional de Gobernadores (en el sentido) que apoyamos el hecho de que desconcentre reuniones de trabajo, de evaluación para escuchar las demandas, peticiones y solicitudes de gobernadores locales”. (Excélsior, 8 de septiembre).
En entrevista concedida a La Jornada, el secretario de Educación Pública reiteró el propósito de un mayor acercamiento a los maestros, así como el compromiso de desarrollar una extensa dinámica de diálogo. Pretende, así lo afirma, convencer a los profesores de que la intención de la evaluación magisterial no es punitiva sino formativa, y que la SEP cuidará de las fórmulas de evaluación se adecuen a las realidades locales. Agregó que, aparte de los retos de la evaluación docente, se tiene en la mira la reforma de los contenidos educativos. “Tenemos que seguir avanzando en la revisión de los planes de estudio y al final del sexenio tener un avance significativo” (La Jornada, 7 de septiembre de 2015, entrevista de Arturo Cano y Laura Poy).
Tenemos pues, al frente de la SEP, un titular que reconoce la importancia de la construcción de consensos, la apertura al diálogo y la necesidad de construir un sistema de comunicación más eficiente con los principales actores y responsables de la tarea educativa. Es un enfoque netamente político que, sin duda, hacía falta para refrescar el panorama de la reforma y sus opciones en lo que resta del sexenio. No obstante, la esencia de la política no es la comunicación sino la negociación. Caben entonces preguntas: ¿cómo se atenderán los planteamientos del magisterio en torno a la evaluación docente?, ¿de qué manera se procesarán los diversos reclamos de las entidades federativas en torno a la dotación de recursos suficientes para las tareas que implica el cambio educativo?, ¿cuáles se habrán de considerar tareas prioritarias para alcanzar las metas establecidas?
Por lo pronto, hay que estar pendientes de la próxima comparecencia del secretario Nuño en el evento de glosa al informe presidencial convocado por el Congreso.