Rosa María Ramírez de Garay, psicóloga, maestra en psicoanálisis y alumna de doctorado de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha desarrollado un proyecto para narrar, en tres cortometrajes, un día en la vida de una mujer, un hombre indígena y una persona homosexual, seres representativos de grupos sociales que padecen los más altos índices de discriminación.
Con este proyecto, ganó uno de los 10 apoyos internacionales del Concurso sobre Diversidad, organizado por la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés), la Fundación UNHate y la empresa United Colors of Benetton.
En la ciudad de México es habitual convivir con personas de múltiples orígenes educativos, raciales e ideológicos. Algunas políticas públicas apoyan la diversidad en temas como la equidad de género o el matrimonio homosexual, pero éstas han permeado poco en una sociedad donde la discriminación es evidente en las miradas incisivas, las actitudes de desprecio y el trato desigual hacia quien tiene diferente aspecto o condición económica.
El reconocimiento consiste en un estímulo económico para financiar el proyecto, que iniciará con ayuda de Ulises Vidal, exalumno de la carrera de Comunicación.
La idea, explicó, es utilizar en cada cortometraje una cámara subjetiva que ofrezca al espectador el punto de vista del protagonista (la mujer, el indígena y el o la homosexual), así como las experiencias de discriminación que padece en su vida cotidiana.
Me interesa que los cortometrajes pongan al espectador en los zapatos de personas discriminadas, que muestren el efecto de las palabras, las acciones y las miradas (de desprecio o extrañeza) hacia su persona. En especial, quiero mostrar la discriminación más sutil, que no parece evidente, pero está ahí.