Ojalá la autoridades “se salieran de este marco de evaluación punitiva para entrar en la lógica de construcción de un proyecto de educación para el país, pero no parece que tengan ni la estatura intelectual, ni la capacidad política para generar un proceso de esa naturaleza”, declara Imanol Ordorika, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En entrevista con Educación Futura, Ordorika considera, por las declaraciones del presidente, que prevalece una visión optimista de que “Chuayffet deja aplacada la resistencia magisterial y que entonces se va a seguir adelante con la aplicación de las pruebas y los procedimientos de evaluación”, pero advierte la posibilidad de que el nuevo secretario vuelva a enfrentar resistecias importantes en distintos estados.
Para el integrante del Seminario de Educación Superior, el cambio de titular en la Secretaría de Educación Pública refleja:
“un profundo desgaste del secretario saliente, Emilio Chuayffet, que entró a establecer un proyecto político de confrontación con el magisterio nacional, disfrazado de idea de reforma universitaria, pero que, en realidad, condujo a una polarización muy grande entre gobierno y maestros y que el resultado ha sido un conflicto creciente y un desgaste de ambas partes”.
Sobre Nuño, el Doctor en Ciencias Sociales y Educación por la Universidad de Stanford, opina que “es un político relativamente nuevo, que no tiene ninguna trayectoria en el tema educativo”, por su formación profesional y por los temas de los que se ha ocupado su breve trayectoria política no hay indicios “de que tenga proyectos, ideas claras sobre el tema educativo”.
Nuño llega a la SEP “en primer lugar porque es una persona de todas las confianzas del Presidente de la República, uno de sus colaboradres mas cercanos”, es conocido su papel en el establecimiento del Pacto por México y en la negociación de los temas del magisterio, pero –aclara Ordorika– “fue negociación de partidos y de políticos profesionales, no con maestros, en ese ámbito se ha movido Nuño”.
Para el Director General de Evaluación Institucional, de la UNAM, la reforma educativa es un modo de control para el magisterio nacional en su ingreso y promoción, pero sobre todo, para establecer el control político sobre los maestros:
“el reto que hay, es encarar la problemática educativa del país, tener un diagnóstico a fondo de cuales son los graves problemas de la educación, en sus diferentes niveles y echar adelante un proyecto consensual con el magisterio, con los actores del sistema educativo para transformar la educación en sus contenidos, en su orientación, en el proyecto educativo del país para su futuro próximo”
Un proyecto educativo para el México contemporáneo, propone Ordorika, un enorme reto que trasciende a cualquier persona, sin embargo, considera que Aurelio Nuño no tiene “una personalidad que se haya mostrado capaz de articular a las distintas voluntades y actores involucrados, a nivel de docencia y de investigación en temas educativos, como para producir un gran acuerdo nacional por la educación”.
Sobre la próxima Evaluación del Desempeño para la Permanencia Docente, Ordorika considera que “a lo mejor logran impornerla por la vía de la fuerza, es lo que han estado haciendo, no solo expresada con fuerza pública, en algunos estados, sino con el embate cotidiano y permanente de los medios masivos de comunicación contra los maestros”.
El especialista en temas de políticas educativas es tajante sobre las evaluaciones, a las que considera mal planeadas, con procesos apresurados y pruebas superficiales:
“están poniendo en juego la vida cotidiana de miles de maestras y maestros mexicanos, con instrumentos imperfectos, en tiempos muy cortos, en una practica que no puede cumplir ni siquiera los objetivos de los propios actores de la evaluación: la SEP, el INEE y Mexicanos Primero”.