La Organización Civil Mexicanos Primero anunció el inicio de una campaña donde exigirán se cumpla con el inicio de clases en Oaxaca el próximo 24 de agosto.
La demanda dirigida al Presidente Enrique Peña Nieto; al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet; al Gobernador de Oaxaca, Gabino Cué; y al director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Moisés Robles Cruz, es que no se dejen intimidar por las amenazas de los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
En conferencia de prensa, David Calderón, director de esta asociación y Claudio X. González, presidente de la misma, señalaron que esta campaña, enmarcada en las iniciativas denominadas “Justicia para Oaxaca”, exigirá que se aplique la ley para los maestros: que se descuenten los días que no van a trabajar y que, en su caso, se despida a los profesores que falten por más de tres días, tal y como lo establece la ley.
Calderón señaló que las amenazas por parte de los líderes de la Sección 22 de la CNTE, de no iniciar clases, merecen todo el repudio de la comunidad nacional, afirmó que es fundamental el inicio de clases como está previsto.
Agregó que desde 1994, Oaxaca no ha tenido ni un ciclo escolar que no sea interrumpido por manifestaciones y paros magisteriales, señaló a los maestros disidentes como culpables de los malos resultados educativos en la región.
“Los profesores no pueden culpar al sistema por la baja calidad educativa en el estado, pues por muchos años, ellos fueron el sistema, controlando al Instituto Estatal del estado”, recalcó.
Recordó que Oaxaca cuenta con los peores resultados en las diversas pruebas realizadas y presentan los más bajos niveles de aprendizaje de todo el país.
Finalmente, celebró la reestructuración del IEEPO, señalando que se debe tener como prioridad los derechos de los niños a la educación de calidad.
Por su parte, Claudio X. González, dijo que las cifras que indican que casi el 90% de los estudiantes no aprenden lo básico en las aulas, son un síntoma de que el sistema en Oaxaca es fallido, mentiroso y simulador.
Lo sucedido en Oaxaca es un absurdo que todos hemos permitido, pero también es responsabilidad de todos remediar la situación.