En México, 9 de cada 10 escuelas preescolares y 4 de cada 5 escuelas primarias de la modalidad indígena carecen de personal directivo; además, en 2 de cada 5 hacen falta mesas y sillas para los docentes, señala el estudio “Los docentes en México. Informe 2015”, realizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Sobre el salario, los profesores en comunidades indígenas se encuentran en desventaja frente a quienes realizan sus labores en ambientes urbanos, sin importar el nivel educativo.
En promedio, un maestro joven de 20 a 24 años que trabaja en comunidades rurales, recibe mensualmente 8762 pesos, y quienes lo hacen en las ciudades reciben 11432 pesos.
La máxima diferencia entre los salarios ocurre en el grupo de 45 a 49 años, donde los docentes de preescolares indígenas perciben, en promedio 13009 pesos, casi 3500 menos de lo que se gana en la modalidad general.
Para tratar de mejorar las condiciones salariales, los docentes podían ingresar al programa de Carrera Magisterial, donde tenían la oportunidad de subir de nivel y mejorar sus prestaciones.
El informe detalla que tan sólo en educación primaria, algunos profesores podían alcanzar un salario máximo de 31 mil, logrando llegar al nivel E, y en secundaria para trabajadores, podrían pasar de 7500 a 25 mil, bajo las mismas condiciones.
También, puede apreciarse que en las escuelas indígenas, la disparidad es constante, sin embargo, esta desigualdad no es constante, pues en los dos primeros niveles de educación primaria, los profesores rurales ganan más que sus pares de escuelas generales.
Anteriormente, Sylvia Schmelkes, consejera presidente del INEE había reconocido durante la presentación del informe “Construcción de ciudadanía y Educación Indígena: Prácticas con equidad”, que las comunidades indígenas padecen un rezago de oportunidades educativas de al menos 20 años, y además, hay una distancia de 34 puntos porcentuales entre los logros educativos alcanzados entre la población indígena y la que no lo es.
Sin embargo, también señaló que los pueblos indígenas de México desean escuelas dignas, maestros bien preparados que hablen la lengua de la comunidad, una educación que fortalezca su dialecto y reproduzca su cultura, y una evaluación educativa que tome en cuenta sus características.
Finalmente, explicó que se deben establecer lineamientos sobre la evaluación de la educación destinada a pueblos indígenas, y diseñar directrices de política educativa para la educación enfocada a dicha población.