Tecla es un dispositivo electrónico que permite a las personas con parálisis navegar en internet y operar un smartphone, vía bluetooth, mediante movimientos de cabeza o con el aliento, desde su silla de ruedas eléctrica, fue creado por Jorge Silva Arce, egresado de la Universidad Iberoamericana.
Tecla puede ser usado por personas con parálisis cerebral –la mayor causa de discapacidad física en nuestro país–, o por quienes sufrieron un accidente que les causó parálisis. En la actualidad, el dispositivo ya es empleado por personas que después de sufrir fuertes caídas perdieron la movilidad de su cuerpo.
Desde una visión de que “la discapacidad no es una deficiencia ni una diferencia, sino un reto que puede ser resuelto con tecnología”, el egresado de la Ibero aprovechó la interfase de las sillas de ruedas eléctricas para adaptarles Tecla, y permitirle a la gente con discapacidad motriz hacer más actividades, como responder llamadas en sus teléfonos celulares y enviar mensajes de texto, sin necesidad de usar las manos.
El interés por desarrollar esta ayuda tecnológica surgió en Silva desde sus tiempos de estudiante en la Ibero. Pero fue durante su estancia hospitalaria en el Bloorview Macmillan Childrens Center de Toronto –hoy llamado Bloorview Kids Rehab– cuando empezó a tener exposición a la vida diaria de las personas con discapacidad, cuya realidad empezó a tratar de entender, con el fin de brindarles soluciones apropiadas a problemas derivados de su falta de movilidad.
El primer prototipo se creo en el año 2010, un año después salió a la venta la primera versión comercial, la tercera versión, la actual, empezó a venderse en 2013, a un precio de 350 dólares.
Desarrollar experiencias
Como desarrollador de tecnología inclusiva, Jorge Silva aclara que él no desarrolla productos, sino experiencias, en el sentido de enfocarse en el papel del usuario:
“para pensar cómo va a bajar la aplicación la gente, qué es lo primero que va a pensar, qué palabras va a buscar, cuando la baje qué va a querer hacer, saber si va a usar la tecnología en su casa o en un hospital, y si la va a ayudar alguien o no”.
Estos usuarios imaginarios le permiten iniciar el proceso de desarrollo de experiencias de uso. Luego valida o descarta cada paso de la tecnología de sus dispositivos con la asistencia de pacientes verdaderos que participan en programas beta (fases de prueba), “a quienes les enseñamos lo que llevamos hecho; quienes nos pueden decir ‘esto no tiene sentido, no puedo activar tal función y no entiendo para qué es’. Entonces debemos hacer las cosas de otra manera”.
La siguiente generación de Tecla permitirá hacer un intercambio entre dispositivos, de manera físicamente independiente para el usuario.
El exalumno de Ingeniería Biomédica de la Ibero asegura que dispositivos tecnológicos como Tecla permiten a la gente con discapacidad tener una vida laboral y personal independiente, el principal argumento para apoyar a las personas con discapacidad en las sociedades que se han dado cuenta de que atender sus problemas beneficia a todos.
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