Enfermedades transmitidas por mosquitos vectores, como el dengue, el paludismo y el mal de Chagas, así como desnutrición, alergias, ondas de calor y estrés, son algunos efectos que el cambio climático causa en la salud humana, afirmó Ana Rosa Moreno Sánchez, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Esta relación se incrementa sobre todo en grupos vulnerables, como los de menor ingreso económico, indígenas, niños y ancianos, añadió al participar en el Seminario Permanente del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM.
“Se trata de un fenómeno inequívoco que ocurre desde 1950 a nivel global. El periodo 1983-2012 en el hemisferio norte del planeta fue el más cálido en los últimos mil 400 años, según datos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)”, recordó la bióloga y maestra en salud pública, integrante de ese organismo mundial desde 1995.
Agua, alimentos y vivienda
El aumento del calor, junto con el incremento de 40 por ciento en las concentraciones de dióxido de carbono a la atmósfera desde la era preindustrial, ha generado modificaciones en el ciclo del agua, que en este siglo XXI será irregular en los periodos de lluvia en muchas partes del mundo, estimó.
“La salud de las poblaciones depende del acceso al agua potable, a alimentos suficientes y a una vivienda segura, recursos que se ven afectados por inundaciones, sequías y desastres naturales ocasionados por ese fenómeno de calentamiento”, dijo.
Según el IPCC, para el año 2050, mil millones de personas tendrán condiciones críticas de abastecimiento de agua, mientras que hoy 150 millones de individuos ya viven con escasez, con la consecuente insalubridad que genera enfermedades infecciosas.
Sin acceso adecuado a esos recursos básicos para vivir, aumenta la morbilidad, la discapacidad y la aparición de enfermedades en regiones no endémicas, añadió en el auditorio Nabor Carrillo de la Coordinación de la Investigación Científica.
“Por ejemplo, en México no hemos resuelto el problema del dengue en el sur, pero ya tenemos la chikungunya, que se transmite por el mismo mosquito vector, aunque por diferente virus”, refirió la académica universitaria.
El cambio en los patrones migratorios de esos mosquitos ha incrementado la distribución de padecimientos infecciosos que antes eran exclusivos de zonas tropicales. “Los extremos climáticos favorecen el contagio de enfermedades y generan fenómenos como las olas de calor, que aumentan la mortalidad y las crisis por alergias”.
Alteraciones ecológicas
La salud humana también está afectada por alteraciones ecológicas que producen malas cosechas, sequías y lluvias irregulares, pues el abasto de alimentos está directamente ligado, especialmente en comunidades que dependen de la agricultura de subsistencia y el autoconsumo.
“Poblaciones que ya tienen problemas de desnutrición son ahora más vulnerables a causa de los cambios en los patrones de lluvia y las sequías, además de que padecen desastres como inundaciones, deslaves e incendios”, apuntó.
Moreno Sánchez destacó que el cambio climático podría poner en peligro el progreso que se ha logrado en la reducción de la carga de enfermedades y lesiones asociadas con el clima.
Al respecto, propuso crear mapas de vulnerabilidad para entender los riesgos actuales y futuros asociados; usar tecnologías de detección remota para generar mapas de vulnerabilidad local; realizar descripciones a escala regional que puedan ser útiles para guiar acciones de adaptación; implementar programas de vigilancia epidemiológica, así como sistemas de alerta temprana sobre riesgos asociados al clima.