Al comienzo de su nuevo libro, This Changes Everything: Capitalism vs the Climate, Naomi Klein reconoce que, durante muchísimo tiempo, vivió en negación del cambio climático. Se decía a sí misma que el tema era científicamente muy complicado y se tranquilizaba pensando que los ecologistas ya se estaban haciendo cargo del problema.
Todo cambió para ella, nos dice, durante una comida con la embajadora boliviana ante la Organización Mundial del Comercio un día de abril de 2009 en Ginebra. En aquella comida, la joven embajadora, Angélica Navarro Llanos, le explicó que, para Bolivia, el cambio climático era una amenaza terrible, pero también una oportunidad. Una amenaza, pues los glaciares de los que depende el abastecimiento de agua de su país se están poniendo grises y negros a una velocidad alarmante. También una oportunidad, sin embargo, pues países pobres como Bolivia, que no han hecho nada para padecer los enormes costos del cambio climático, tienen el derecho a exigirle a los países desarrollados –los causantes del problema– una suerte de Plan Marshall para la Tierra a fin de evitar el colapso de ésta.
Leer This Changes Everything ha sido para mí lo que fue para Klein aquella comida suya con Navarro Llanos en Ginebra: un verdadero abre-ojos. Como ella y como tantos otros, llevo años eludiendo el tema. Verlo resulta tan amenazante, en tantos y tantos sentidos, que es mucho más cómodo mirar de reojo y, de inmediato, voltear hacia otro lado.
Los datos que incluye el libro sobre lo que le estamos haciendo al planeta son escalofriantes. Entre otros: crecimiento aceleradísimo de las emisiones de bióxido de carbono, en particular desde que empezó a hablarse y a “acordarse” a nivel internacional su reducción progresiva; deshielo de los polos y acidificación de los océanos, igualmente acelerados; y reservas de petróleo, carbón y gas ya contabilizadas hoy en los libros de las empresas petroleras que, de quemarse, exceden en cinco veces lo que es capaz de absorber la atmósfera de la Tierra.
Sin embargo, la fuerza del texto de Klein tiene, sobre todo, que ver con la narrativa que hilvana y le da sentido a esos datos: una historia detallada de cómo un conjunto de intereses concentrados (los de la industria petrolera, en particular) y una terca ceguera colectiva (producto de nuestra adicción al crecimiento basado en la quema de energéticos fósiles) nos han embarcado a todos en una carrera desenfrenada en contra de nuestra casa compartida.
A lo anterior, Klein añade como ingredientes centralísimos un intenso sentido de urgencia y un horizonte de esperanza. Haber pospuesto durante al menos dos décadas el hacernos cargo del problema, ha reducido drásticamente nuestro menú de opciones. Todavía, sin embargo, estamos a tiempo de lograr que la Tierra siga siendo habitable y de conseguir, en el camino, transitar hacia un mundo menos salvaje, más justo, incluyente y generoso. La razón es dura y simple: con tanta postergación, cancelamos las soluciones gradualistas. La única opción que hoy nos queda es una transformación sistémica de fondo. Una transformación, en suma, que modifique de raíz la organización capitalista de la economía del mundo y que nos permita, justo para salvar el planeta, recuperar y ampliar el ámbito de lo común, de lo público y lo compartido en beneficio de todos.
This Changes Everything es un libro para leer ya. Un libro para salir del letargo tóxico que nos tiene atrapados en ese “único mundo posible” que nos está llevando derechito a la destrucción de la Tierra. Un libro para combatir la ceguera voraz e irresponsable y también el miedo y la impotencia generadas por la enraizadísima idea según la cual nuestro único horizonte posible es seguir produciendo y consumiendo más y más, hasta el infinito.
Twitter: @BlancaHerediaR
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