Saúl Escobar, profesor investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que dos quintas partes de la población mexicana viven en pobreza por razones laborales y porque en los últimos 30 años nuestra economía ha tenido un crecimiento raquítico.
En un artículo publicado en la revista Economía UNAM, señala que de 1954 a 1982 , en México como en otros países, los sueldos aumentaron durante la posguerra como parte de un círculo virtuoso de expansión. Así, una economía estable y el aumento en los pagos reales y el empleo, sobre todo en el ámbito urbano, anunciaban un país que transitaba hacia la modernidad.
Sin embargo, agrega, esta situación tuvo su lado negativo. Por ejemplo, se basó en el sacrificio del campo y la agricultura mexicana aportó recursos cuantiosos para el desarrollo urbano industrial.
“La modernidad del milagro mexicano se reflejó en altos niveles de pobreza y atraso en áreas rurales. Además, se fortaleció el autoritarismo, pues la oposición política era reducida.”
A partir de la década de los 80, explica, la economía comenzó a decrecer.
“Esta situación lleva 30 años, aún sigue y se caracteriza por una caída del pago mínimo, traducida en miseria y desigualdad no sólo en el campo, sino en el país. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Derecho Social (Coneval), los trabajadores que reciben estos sueldos viven por debajo del estándar de bienestar.”
Concluye con que es necesario un cambio en la política salarial para inducir una nueva dinámica donde el crecimiento de la demanda interna aliente la producción y productividad y, en consecuencia, los niveles de empleo e ingresos poblacionales.
“Así, un aumento de los salarios mínimos en México tendría dos propósitos: reducir la pobreza y ofrecer mayor protección social a los trabajadores más vulnerables.”