Finlanda era, hasta hace muy poco tiempo, el foco de atención respecto a lo que pasaba en educación en el mundo. Fue el primer frentazo contra la pared de países como Alemania o Estados Unidos, que se tenían a sí mismos como los campeones de la educación a nivel mundial.
¿Cómo era posible que un país del norte europeo, con una economía mucho más pequeña que la alemana o la estadounidense pudiera colocarse por muy por encima de ambas potencias?
Pero Finlandia, a fin de cuentas, siempre fue una nación democrática y con economía de libre mercado. Entonces surgió Polonia y su milagro educativo. Un país que apenas se quitaba de encima su pasado comunista y en pocos años –diez o doce-, daba un vuelco en su educación y en su economía para escalar a los primeros lugares en el desempeño educativo de sus niños y jóvenes.
Los frentazos contra la pared dejaron a las autoridades educativas de las naciones más desarrolladas bastante adoloridas: un país ex comunista, con fuerte tradición católica y llena de aguerridos sindicatos, se convertía así en una potencia educativa mundial.
En el último informe Pisa (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), de 2012, cuyos resultados se dieron a conocer en diciembre de 2013, Polonia ocupó la posición 13 en competencia matemática, la décima en comprensión lectora y la novena en competencia científica.
La clave de todo esto, dice la embajadora de Polonia en México, Beata Wojna, fue la reforma educativa que se llevó a cabo en su país en 1999, y que se basó en tres aspectos:
- Extender los estudios para todos los alumnos un año más. Se pasó del sistema basado en ocho años más tres, a un sistema de seis años más tres y tres; obligatoria para todos al menos los primeros nueve años. “De ese modo más jóvenes podían tener acceso a la educación por más tiempo”.
- Centralización de los exámenes de los jóvenes. El paso al siguiente grado o nivel educativo está relacionado con los exámenes que los jóvenes tienen que aprobar. Esos exámenes se aplican en todas las escuelas. Se trata de exámenes estandarizados en todo el país.
- Se introdujeron los exámenes para los maestros, tanto para ser profesor como para poder progresar en su carrera.
Al mismo tiempo Polonia adquirió cierto equilibrio entre la centralización y la descentralización de la educación. Wojna, una dinámica diplomática con licenciatura y doctorado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, dice que estos son “los aspectos fundamentales que nos permiten hablar del éxito de la reforma educativa polaca”.
Cuando Polonia entró en 1996 en la OCDE –el club de las naciones más desarrolladas del planeta-, tenía el número más bajo de estudiantes en universidades. Sólo un 20% o 30% de los jóvenes en edad de estar en la universidad lo hacían. “Ahora pertenecemos al grupo de países que tiene alrededor del 80% de esos jóvenes en la universidad”, afirma la embajadora Wojna con una sonrisa.
Es casi un lugar común decir que una reforma educativa tarda años, sino décadas, en dar sus primeros resultados. En Polonia, sin embargo, pasaron entre 12 y 15 años, desde que se inició la reforma en 1999, para cosechar los primeros frutos de un esfuerzo tenaz.
“Los resultados de las reformas educativas son lentos. Después de 15 años de reforma, Polonia pudo estar en los primeros lugares de PISA. En toda reforma hay que controlar lo que se hace y realmente llevarla hasta el final. Desde el punto de vista social, hubo protestas de los maestros, pero duraron poco porque no tenían fundamento social. Como gobierno no podíamos hacer una reforma y olvidarnos después la misma”, dice la embajadora Wojna.
Para Blanca Heredia, coordinadora del Programa Interdisciplinario sobre Política y Prácticas Educativas (PIPE) del CIDE, la clave del éxito de Polonia es valor que le dan al desarrollo y estímulo del talento de los jóvenes polacos. [“¿Por qué es exitosa la educación en Polonia?, porque reconocen el talento”, dice Heredia. Nota completa aquí.]
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó en 2011 el reporte “Impacto de la reforma educativa de 1999 en Polonia”, que Educación Futura presenta a continuación: