La violencia alcanzó a las escuelas porque forman parte de la sociedad y esta se encuentra caracterizada por relaciones de dominio y sumisión, en todos sus niveles, tanto familiar como de pareja, explicó Nelia Tello Peón, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México.
A pesar de que existen distintas manera de vincularnos, como sociedad, la forma violenta, “la del individualismo, se ha apoderado de nuestras relaciones en esta colectividad, cuya característica esencial es la desigualdad, que en sí misma implica un tipo de violencia”, aseguró la Coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia Escolar.
Tello Peón agregó que hoy se reconoce la violencia que hay en las escuelas y, por lo tanto, se puede combatir; no sólo se divulga, sino que se discute. Se trata de un proceso aprendido, que se socializa desde la familia, pero no entendida como un ente aislado, donde el padre o la madre son los responsables absolutos de esa condición, sino con la idea de que ellos forman parte de una comunidad en la que la cultura, las relaciones, la estructura y lo institucional, están llenos de actos violentos y donde muchos aprenden a desarrollarse.
“No es la característica de seres humanos aislados en particular, sino de una colectividad que permea a todas y cada una de sus expresiones. Por ello, la que se recrea en algunos momentos dentro de las escuelas no se genera de manera espontánea, sino que es parte de lo que pasa afuera”, aseguró Tello Peón.
Hoy se convive desde la violencia, pero queremos hacerlo desde otros valores. Para ello, “debemos trabajar para modificar esos procesos dominantes y no focalizar esa condición en los maestros, los estudiantes, los funcionarios, el personal administrativo o los padres, sino en toda la comunidad”.
No queremos niños expulsados, ni en la calle, pero sí que se entienda que hay chicos con problemas especiales, particulares que deben ser atendidos dentro de las propias escuelas. Queremos que se queden, pero que se les forme como seres humanos, en el conocimiento, y que éste sea valorado, porque la sociedad moderna ha llevado a que la vida misma y el saber se conviertan en valores de largo alcance, en un ambiente donde lo único que interesa es lo inmediato, concluyó.
Educar para la paz significaría corregir el camino, aseguró la universitaria y agregó la paz, es el estado contrario, donde prevalecen y se privilegian los medios de entendimiento pacíficos, como solucionar conflictos a partir del diálogo, mediación y acuerdos.
El 30 de enero se conmemora el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, sólo se pueden entender como un momento de alto y reflexión para recordar y tener presente que el problema de la violencia en los centros escolares no es de los niños, de los maestros y de la directora, sino que nos concierne a todos: autoridades, padres de familia y sociedad en su conjunto, concluyó Nelia Tello Peón.
Para conmemorar la fecha, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México, y el Seminario Universitario Interdisciplinario de Violencia Escolar organizaron el Seminario Internacional La producción y re-producción de la violencia en las escuelas donde diferentes especialistas analizaran el fenómeno y sus implicaciones.