“Los estadounidenses necesitan más conocimientos y habilidades para responder a las demandas de la creciente economía global sin tener que estar endeudados por décadas antes de iniciar su carrera”. Con estas palabras la Casa Blanca de Washington dio a conocer su propuesta para eliminar las cuotas durante los dos primeros años de estudio en los Community College (CC).
Los CC constituyen una opción universitaria en los Estados Unidos cuyos antecedentes se remontan hasta el siglo diecinueve pero formalmente surgen en 1901 con la intención de estrechar los vínculos entre la educación y los requerimientos de la economía. De acuerdo con la Asociación Americana de Colegios Comunitarios (AACC), un atributo de este modelo fue ampliar el acceso para personas que trabajaban y sobre todo, a las mujeres, cuestión que permanece hasta nuestros días. Actualmente, 57 por ciento de los estudiantes que asisten a los CC pertenecen al género femenino.
Pero, ¿en qué consiste la propuesta del Gobierno del presidente Barack Obama? ¿Qué sugiere para el campo de estudio de las políticas educativas? ¿Qué reflexiones provoca para el medio universitario de México eliminar las cuotas? Respondamos a estas preguntas.
La propuesta del gobierno estadounidense consiste en eliminar las colegiaturas durante los dos primeros años para todo aquel estudiante de CC que asista a clases en —al menos— la modalidad de medio tiempo, mantenga un promedio académico de 2.5 con respecto a 4 y muestre un progreso escolar que lo encamine a terminar sus estudios a tiempo. Según la Casa Blanca, la iniciativa se basa en la “evidencia inicial” (early evidence) que arrojaron experiencias previas en el estado de Tennessee y en la ciudad de Chicago. De acuerdo con la oficina presidencial, 90 por ciento de los graduados de bachillerato del estado de Tennessee solicitaron el apoyo del programa y se dice que por el hecho de eliminar el pago de colegiaturas, se incrementaron la tasa de matriculación, la de terminación y la persistencia de los jóvenes estudiantes.
¿A cuántos jóvenes beneficiaría la iniciativa del presidente Obama? Según la Casa Blanca, si todos los estados de la Unión Americana participaran en el programa, se podría beneficiar a 9 millones de estudiantes, los cuales pagan actualmente alrededor de 3,800 dólares anuales de colegiatura ($57 mil pesos o sea alrededor de 4,750 pesos mensuales). No hay que olvidar que la matrícula en los CC estadounidenses es de 12.8 millones de estudiantes, de los cuales 7.7 se encuentran inscritos en la modalidad de créditos. De éstos, la mayoría (60 por ciento) cursa sus estudios bajo la opción de medio tiempo, su edad promedio es de 28 años y seis de cada 10 estudiantes reciben algún apoyo financiero como beca o crédito (AACC, 2014).
Pero lo popular e interesante del anuncio del presidente Obama es una cosa, otra muy distinta será su viabilidad. La primera complicación a la que se tendrá que enfrentar el gobierno estadounidense será la del financiamiento. Si los jóvenes y sus familias ya no van a pagar las colegiaturas, ¿ahora quién se hará cargo de compensar esos recursos? No está de más recordar que 30 por ciento de los recursos propios de los CC proviene de las cuotas (AACC, 2014). Según Obama, el gobierno federal se hará cargo de 75 por ciento de ese costo mientras que los estados, si adoptasen el programa, tendrían que aportar el 25 por ciento restante. ¿Aprobará el Congreso la propuesta del presidente Obama? ¿Será esto posible cuando la mayoría está en manos de la oposición? Bajo el esquema federalista del vecino país del norte, ¿se aceptará en todos los estados la propuesta de la Casa Blanca de eliminar las colegiaturas en los community college? ¿De dónde sacarán los recursos para compensar la eliminación de las colegiaturas?
Todas estas preguntas están surgiendo constantemente en los medios, a la par de diversos cuestionamientos como el hecho de que la propuesta de Obama deja afuera otros costos de estudiar como el de los libros, transporte y gastos de vida, como señaló el Instituto para el Acceso y Éxito en la Universidad (TICAS). Otros analistas de política como Bryce McKibben apunta que el programa de eliminar las cuotas en los CC podría terminar beneficiando a los menos pobres porque éstos ya poseen alguna ayuda financiera del gobierno federal (PoliticoPro, nota de Allie Grasgreen, 08/01/15). Sobre este punto, la asociación de community college reporta que 62 por ciento de los jóvenes solicitantes a ese tipo de instituciones pide alguna ayuda financiera pero sólo 57 por ciento la recibe (AACC, 2014).
La experiencia estadunidense nos permite reflexionar en al menos tres direcciones. Primero, que contrario a lo que se creía hace veinte años, la educación superior puede ser gratuita y los gobiernos tendrán que hacerse cargo de ella. Segundo, en la propuesta del presidente Obama se reconoce que al establecer cuotas en la universidad se puede condicionar el nivel de acceso, cobertura y terminación a tiempo de los estudios. Tercero y último, la iniciativa de hacer gratuitos los dos primeros años de universidad está sustentada en experiencias previas cuyo estudio y evidencia facultan al presidente a anunciar, de manera pública, sus planes para el sector educativo.
¿Provocará el caso estadounidense una reflexión hacia adentro de la Subsecretaría de Educación Superior (SES) ahora que cambió su titular? ¿Por qué en las universidades tecnológicas mexicanas —equivalentes a los CC americanos— se cobran cuotas y no en otras instituciones educativas públicas de gran prestigio nacional? ¿El tema sigue siendo un anatema en la Universidad?
#JeSuisCharlie
Profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCPyS).