La discapacidad infantil representa un gran pendiente en la agenda pública educativa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, más de 5 millones 900 mil personas tienen algún tipo de discapacidad, lo que representa 5.1% de la población; y de ellos, 1 millón 200,000 son niños o adolescentes de hasta 19 años, 1.46% del total.
Aunado a ello, el INEGI señala que el 23% de la población rural tiene algún tipo de discapacidad, ubicándolos en una mayor desventaja al contar con menores oportunidades de desarrollo social, económico y educativo, siendo vulnerables a un mayor rechazo comunitario, siendo víctimas de discriminación.
El equipo de Educación Futura viajó al municipio de Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo, un sitio donde la Secretaría de Desarrollo Social lo ha catalogado como uno de los Focos Rojos de mayor marginación y pobreza de la región.
En este lugar, habitado en gran parte por diversos grupos indígenas como Nahuas, Tepehuas y Otimíes, reporta un alto índice de niños con dispacacidad, pero, al mismo tiempo, pocas oportunidades de desarrollo.
Sin embargo, para tratar de dar una mejor calidad de vida a estos infantes, un grupo de padres de familia, maestros voluntarios y habitantes de la comunidad se han organizado con sus propios medios para brindar ayuda a estos niños, pues, indican, el gobierno no ha podido dar las herramientas básicas para su desarrollo.
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