Pasaban las seis de la tarde y avenida Reforma era un río de más de 20 mil personas; Clemente, uno de los familiares afectados por la desaparición de los 43 normalistas, tratando de contener el llanto con un puño apretado, aseguraba: “No me voy a cansar hasta encontrar a mi hijo porqué los estamos esperando en la Ayotzi, en la casa; y no les van a cortar las ilusiones de ser maestros”.
Han pasado 67 días desde aquel 26 de septiembre, fecha en la que fueron desaparecidos 43 estudiantes de la Normal Rural, Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero; desde entonces, los padres de familia han perdido casi todo: el sueño, el hambre y el empleo, pero no la esperanza de encontrar a sus hijos.
Clemente Rodríguez, quien habló este lunes primero de diciembre, en representación de los padres de familia afectados, en el templete instalado en la glorieta del Ángel de la Independencia en la ciudad de México, lamentó que él haya tenido que dejar su trabajo en la venta de agua “en garrafón”, así como que los demás padres de familia hayan tenido que “abandonar sus siembras”.
Pero “no voy a agachar la cabeza ya son más de dos meses y no sabemos nada de nuestros hijos”, aseguró Clemente, aún con cansancio pero enfático, dijo “los vamos a encontrar mañana o pasado”, señalaba ante los miles de manifestantes que coreaban, “no estás solo, no estás solo”.
Con la noche sobre la ciudad de México, José Solano, estudiante de la Normal de Ayotzinapa, al hacer uso de la palabra, manifestó ante los miles de manifestantes jóvenes, niños y ancianos quienes durante dos horas marcharon desde el Zócalo al Ángel de la Independencia: “desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al tirano… nosotros estamos luchando por los 43 normalistas y también por los miles de desaparecidos que hay en el país”, señaló el estudiante.
“En Guerrero se están haciendo los consejos ciudadanos donde nosotros reclamamos que la gente es quien debe gobernar… no queremos a partidos políticos ni a presidentes municipales relacionados con la delincuencia organizada… es momento de hacer un cambio pero de nosotros, de la ciudadanía en general”, señaló el normalista.
El movimiento Interuniversitario
Luego de los hechos ocurridos con la Normal de Ayotzinapara y con el paro politécnico, surgió la Asamblea General Interuniversitaria, invitados a participar en el mitin de este primero de diciembre, estudiantes de posgrado, leyeron un comunicado donde, además de pedir la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto, se manifestaron en contra de las detenciones arbitrarias de estudiantes.
“La problemática de Ayotzinapa no hubiera sido posible si no existiera una política de desmantelamiento de la educación pública, especialmente de las normales rurales, aplicada con mano dura por los gobiernos desde hace años”, señaló un estudiante de posgrado de la UNAM, representante de la AGI.
El estudiante quien, por seguridad, no quiso dar su nombre, al hacer uso de la palabra, señaló que “la crisis que vivimos es producto de un Estado autoritario que usa de forma facciosa la justicia”; y denunció las detenciones arbitrarias y la brutalidad con la que actúa la policía, como en los casos de Brayan Reyes, Jaqueline Santana, Sandino Bucio, así como “el espionaje que se vive en las universidades”.
“Lo de Ayotzinapa no sería posible si no existiera la simbiosis del crimen organizado con el Estado, todos los partidos están involucrados, toda la clase política tiene responsabilidad; desde el ejército hasta las alcaldías”, señalaron los estudiantes.
Invitada al evento, Denise Dresser, expresó que en el país, “estamos cansados de un procurador que se cansa al escuchar las preguntas de los medios y de los padres de desaparecidos de Ayotzinapa… estamos cansados de un Presidente que vive en una casa de siete mil millones de dólares y presenta una declaración patrimonial tardía llena de donaciones… México puede ser distinto”, aseguró la analista política.