Los cambios en las subsecretarías de Educación Básica y de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la SEP, tienen una finalidad política para tener un mayor control en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), señalaron especialistas en educación.
Jorge Javier Romero, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), lamentó la salida de Alba Martínez Olivé, de la subsecretaría de Educación Básica, pues la ex funcionaria, dijo, es una persona que “sabe de educación, con un proyecto claro y con capacidad para adaptarse a una reforma mal hecha”.
Por su parte, Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México (Colmex) y director académico de Educación Futura, se manifestó “consternado porqué tanto Alba Martínez como Enrique del Val, tenían condiciones para hacer su trabajo de una forma muy buena, principalmente con el magisterio”.
Del Val y Martínez Olivé, dejaron la noche del jueves 20 de noviembre las subsecretarías de Planeación Educativa y de Educación básica, respectivamente.
En su lugar fueron nombrados los legisladores priístas Alberto Curi Naime en Educación Básica y Javier Treviño Cantú en Planeación y Evaluación de Políticas Educativas.
Estos cambios, dijo Jorge Javier Romero, representan la llegada de “politicastros para gestionar la relación con el SNTE, la cual no se modificó ni con la detención de la ex líder del gremio Elba Esther Gordillo, ni con la Reforma Educativa”.
Para Gil Antón, estos cambios harán del equipo del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, uno “más compacto” para controlar más y mejor al magisterio mexicano, por lo que se advierte que este es un cambio político para operar la reforma en curso.
Tanto Gil Antón como Romero consideraron que con estos cambios se pierden perfiles académicos en detrimento de la misión educativa que tiene la SEP, para ganar eficacia en la Reforma Educativa.
“Llama la atención porqué siguen teniendo presencia miembros del grupo del estado de México en Educación Básica, que es la Subsecretaría más importante de la SEP y se vuelve a confiar en un paisano miembro de un grupo político, en lugar de un especialista”, señaló Gil Antón.
Salen los académicos, entran los políticos, dijo a su vez Romero, lo que refleja los “procesos tradicionales de acomodo de empleo para los políticos”.
Lo anterior refuerza una vez más que, en México, sigue siendo más importante “tener conocidos que conocimientos”, dijo Gil Antón.