Una porción amplia de la comunidad de El Colegio de México afirmó que la explicación dada el viernes 7 de noviembre por el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, sobre la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, “no cumple aún con la exigencia de conocer el paradero” de los estudiantes desaparecidos ni “los motivos de su sustracción o la suma de personas involucradas, con miras hacia su detención y castigo”.
Lamentó también que el presidente Enrique Peña Nieto hubiera realizado su gira de trabajo internacional en las circunstancias críticas que vive el país y consideraron el viaje presidencial como “negligente e insensible”.
En un documento firmado por 443 miembros de esa comunidad, se asegura que “la información dada a conocer (por el procurador) proviene de líneas de investigación limitadas e incompletas y se basa, exclusivamente, en confesiones de personas detenidas por su presunta participación en los hechos. Las confesiones no pueden ser consideradas como única prueba concluyente y en México su contundencia está totalmente diluida”.
De acuerdo con el documento, firmado por destacados investigadores como Soledad Loaeza, Manuel Gil Antón, Rodolfo Stavenhagen o Julio Boltvitnik, el Estado mexicano, “mediante una práctica sistemática, ha institucionalizado la tortura
como método de investigación”, lo que ha sido ampliamente documentado por diversos diagnósticos nacionales e internacionales.
“Sin presumir que éste sea el caso y sin descartar la información de las declaraciones de los detenidos, somos enfáticos en la necesidad de demostrar, a través de pruebas científicas, objetivas y rigurosas, si los restos encontrados corresponden a los 43 normalistas desaparecidos o no.
Por otro lado, condenaron la forma en cómo fue presentada la información a los familiares de los 43 normalistas y a la sociedad en su conjunto. “El montaje discursivo de la Procuraduría General de la República es contradictorio: la lógica oficial alienta, sin comprobar, la idea de que los normalistas fueron salvajemente asesinados, pero su conclusión es que continuarán en calidad de desaparecidos. Estamos convencidos de que la presentación de argumentos y materiales no concluyentes y contradictorios tiene como único fin desmovilizar las acciones de protesta”, señalaron.
Los firmantes del documento establecieron que “la forma en que la Procuraduría relata hechos de tortura, vejación y sufrimiento físico y emocional a los que los estudiantes podrían haber sido sometidos, es decir, sin poder comprobar si fue así o no, es un acto de innegable violencia psicológica, sobre cuyas intenciones nos cuestionamos”.
También reivindicaron el derecho a la movilización social pacífica y solidaria. “No permitiremos que las provocaciones lanzadas desde distintos niveles de gobierno, ya sea de manera frontal o a través de grupos de choque a su servicio, nos detengan, como han intentado hacerlo en manifestaciones recientes. Exigimos un alto total e inmediato a las hostilidades del gobierno, a las detenciones arbitrarias, a las amenazas, a la represión en cualquiera de sus formas, a la criminalización de la protesta social y a cualquier otro intento por inhibir el derecho a la libre expresión de la ciudadanía”, dijeron.
Por último, se sumaron a las peticiones de los familiares de los 43 normalistas desaparecidos:
- Que continúen las acciones de búsqueda de los 43 estudiantes.
- Que se presenten a la brevedad posible pruebas científicas, objetivas y rigurosas, validadas por instancias internacionales, que acrediten o descarten si los restos.
- Que, con tal fin, se acepte de manera inmediata la asistencia técnica ofrecida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para que colaboren con las actividades de localización de los muchachos y se reconozca que, efectivamente, México se encuentra en un estado de crisis humanitaria.
“Nuestra consternación e indignación no son menores ante el resto del horror: decenas de cuerpos no identificados a lo largo del país, ciudadanos que mueren todos los días en circunstancias desconocidas y por los que absolutamente nadie responde; cientos de miles de vidas conquistadas por el miedo y el desamparo. Pero nosotros no nos cansamos”, dijeron.
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