Por lo ocurrido en Ayotzinapa, Guerrero, toda la sociedad tiene que reclamar justicia; México no puede ser una fosa común, dice Alicia Civera, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav.
Al hacer un recuento histórico de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, la especialista en educación rural afirma que esa escuela ha vivido largos periodos de asedio por la defensa de la educación que históricamente han hecho sus estudiantes. “Eso es lo que siempre han hecho: defender la educación. Ahora están luchando, inclusive, por el derecho a la vida”.
En una entrevista realizada por estudiantes del DIE –en paro activo en solidaridad con los estudiantes y padres de familia de Guerrero-, Civera señala que las normales rurales de México, en específico la de Ayotzinapa, son instituciones que a lo largo de su historia han vivido y sufrido la violencia política y, ahora, también la vinculada con el narcotráfico.
El que se abriera una escuela normal en ese estado, supuso una oportunidad para muchos jóvenes que no tenían opción educativa. “(Pero) sigue pasando, Guerrero es uno de los estados más castigados económicamente y con gran rezago educativo”, dice Civera.