Hechinger Report, un sitio independiente y no lucrativo de noticias de Estados Unidos,
compartió un artículo en el cual ponen en cuestión el uso de decoraciones en el salón del kínder.
Varios maestros comparten su experiencia.
Lory Baker entre ellos, cuenta que al decorar su salón de kínder para el nuevo año escolar, colocó letras y números vistosos y alegres que eran acompañados con niños de diversas nacionalidades. En la esquina dedicada a la lectura, colgó flores de papel y colocó un letrero que decía: “Bienvenido al jardín de niños”.
Baker, con 20 años de experiencia, se contuvo esta vez y dejó desnudas varias de las paredes en uno de los salones de la Whittier Elementary School en Harvey, Illinois., una cuidad cerca de Chicago.
Muchos maestros reportaron el bombardeo de publicidad enfocado en decoraciones antes de iniciar el año escolar, desde promociones de tiendas dedicadas a la educación, hasta blogs dedicados al diseño de aula y posts de decoraciones temáticas en Pinterest.
Pero el artículo del Hechinger Report refiere a un nuevo estudio que demuestra que es mejor optar por un acercamiento más sutil cuando se trata de niños más pequeños. El estudio, publicado en mayo del 2014 en Psichological Science, fue uno de los primeros en examinar cómo la decoración influye en el proceso de aprendizaje. Encontraron que cuando se enseña a los niños de kinder en salones saturados con decoración, es más fácil que se distraigan y por lo tanto obtengan notas más bajas a diferencia de aquellos a los que se les enseña en aulas con paredes más discretas.
Investigadores de la Carnegie Mellon University siguieron a un grupo de 24 niños de kínder, sigue contando el Hechinger Report, quienes tomaron clases en 2 aulas diferentes. Una con muy poca decoración y otro lleno de decorados.
Durante las lecciones, continua el artículo, los niños se sentaron dándole la cara al maestro, mientras les leía en voz alta un libro con ilustraciones. Fueron en total seis lecciones, cada una duraban de cinco a siete minutos, durante las cuales el maestro leía en voz alta sobre diversos temas. Después de cada lección, los alumnos tomaban un pequeño test ilustrado de opción múltiple. Estas lecciones fueron observadas y grabadas para monitorear la frecuencia con la que los niños estaban concentrados en lo que decía el maestro y cuando estaban distraídos por sí mismos, por otros estudiantes o por el ambiente visual.
En el salón despejado, los niños se distraían con otros niños o consigo mismos. Pero en el que estaba decorado, eran aún más propensos a distraerse con el ambiente visual y permanecían desconcentrados por más tiempo.
Los resultados mostraron que el ambiente del salón puede distraer y tener un impacto negativo en el proceso de aprendizaje. Pero, debido a que la investigación fue realizada en un ambiente pequeño y controlado, es necesario seguir investigando.
El artículo también menciona que Fisher y su equipo del Carnegie Mellon sospechan que la decoración de las paredes es menor en los grados siguientes debido a que la concentración mejora a medida que los niños crecen. Es más raro que los niños más grandes sean acomodados en salones muy decorados.
Para Gillian McNamee, director de la educación de maestros del Erikson Institute en Chicago, el nuevo estudio afirma que muchos educadores sabían -por intuición- que demasiada estimulación visual en el aula puede tener un impacto negativo en el proceso de aprendizaje.
“Cuando entro en un salón, este normalmente está cubierto de papel tapiz y decoraciones de pies a cabeza. Para un adulto, ya ni siquiera un niño, todo eso te marea y te hace perder la concentración” dijo McNamee.
Expertos dicen que el estudio remarca la necesidad de que se guíe a los maestros en el tema de la decoración del aula.
Advierten a nuevos maestros que al decorar el aula estén atentos al “efecto centro comercial”: “Cuando vas a un centro comercial, te cansas después de hora y media, pues es demasiada gente, demasiada estimulación visual, demasiado ruido” dijo.
La primaria Whittier es una escuela que se encuentra rodeada por una zona azotada la crisis de vivienda, Lori Baker bajo estas condiciones, tiene que lograr que su aula sea atractiva para los niños, a mismo tiempo que los mantenga concentrados. Su técnica es esperar a colocar el material una vez que la clase esté cubierta.
“Mi acercamiento personal es: no se pone nada a menos que los niños no tengan alguna conexión con el material”, dijo. El 98% de los alumnos de Whittier provienen de familias con bajos recursos y son candidatos para recibir almuerzos gratuitos o con precio reducido. La escuela ha tenido niveles bajos con respecto al Illinois Standars Achivement Tests, a pesar de que el nivel ha mejorado en el resto del estado.
En Erie Elementary Charter School en Chicago, la maestra de kínder Gloria Taylos cuelga pocas decoraciones pero utiliza lámparas altas, cuerdas con luces en forma de hojas de árbol, persianas color limón y muchos espejos para iluminar el salón. Su escuela, localizada en el barrio de Humboldt Park, tiene una población latina de bajos recursos, con familias que tienen una situación de vivienda tan inestable, que son considerados en situación de calle. Al igual que Whittier, Erie ha mostrado un crecimiento estable, pero aún está abajo de los estándares que el estado de Illinois demanda.
El acercamiento de Taylor para decorar, fue durante su entrenamiento en un salón Montessori, el cual anima a los maestros a tener pocas decoraciones en el aula y que estos sean elementos la naturaleza. Una maestra con 5 años de experiencia en aulas de kínder, cree que estos elementos logran un efecto calmante que a su vez mejora el aprendizaje de los alumnos.
Susan Pryor, otra maestra de kínder de Erie, quien da clase en un salón bilingüe, utiliza algunos de los espacios en la pared, para ayudar a los alumnos que hablan español a comunicar frases como ¿Podemos jugar juntos? O ¿Me puedes ayudar? Sin embargo, se mantiene alejada de las decoraciones comerciales compradas en tiendas, las cuales considera irrelevantes para el aprendizaje.
“Los niños necesitan un ambiente que no los sobre-estimule, especialmente en preescolar y kinder” dijo Pryor, quien ha enseñado a niños desde hace 6 años. “Necesitan ambientes que los ayuden a crear para que haya un sentido de propiedad.” Pero Pryor confesó que le preocupa que los papás visiten el aula y no entiendan por qué hay tan poca decoración en el aula.
“Todo el material promocional es más para los maestros y los padres que para los niños” dijo. “Lo que hay en las paredes debería ayudar y ser útil sólo para los niños”.
Muchos maestros de kinder dicen que durante su educación recibieron poca información sobre el diseño del aula y requieren más.
“No compren decoraciones para el aula a menos que sea algo que vayan a usar realmente, de otra forma, sería un desperdicio de espacio.”
Aún así, Baker dijo que no se imagina enseñar en un aula con paredes completamente vacías durante todo un día. Dijo que los niños necesitan elementos visuales educativos que los atraigan.
Durante la primera semana de clases, mientras Baker estudiaba con un grupo pequeño, notó que un niño leía los números en el pizarrón que ella había hecho. ¿Aprendió esos números de solo verlos? No, dice Baker, “Ya los conocía, pero identificaba cosas a su alrededor con las que él estaba involucrado, y eso es muy importante.”