El Estado no ha recuperado la rectoría de la Educación, lo que se ha recuperado es la rectoría en la relación corporativa con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y tampoco se puede decir que se haya emprendido una reforma educativa, cuando hay 32 millones de mexicanos con rezago educativo; y la escuela mexicana, sigue siendo reproductora de la desigualdad.
Así lo señaló Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México y director académico de Educación Futura, al participar en el seminario sobre los Retos de la Universidad Pública, realizado en la Universidad Veracruzana (UV). En México hay 32 millones de personas mayores de 15 años que no han concluido la Educación Básica; lo cual representa el 43 por ciento de la población mayor de 15 y menor de 65 años, señaló el académico.
Con respecto a la Educación Superior, “se aspira a que todos los académicos tengan el titulo de doctorado, pero esto no ayuda al sector… si nos doctoramos los unos a los otros”, advirtió Gil Antón; quien consideró que estas políticas no han contribuido a mejorar la calidad de la docencia.
El Sistema Nacional de Investigadores (SIN), fomenta las titulaciones de doctorado pero ello “descuida las horas en clase y descuidar las horas en clase tiene hasta ahora al sistema tal como está, es hora de cambiar las cosas”, enfatizó Gil Antón.
La defensa de la autonomía
Invitado al seminario, el rector de la unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Romualdo López Zarate, señaló que en la Educación Superior “se requiere de una nueva generación de políticas públicas porque continuar con las actuales no nos permitirá enfrentar los retos de la educación superior”, dijo.
Además “hay una desmedida injerencia del Gobierno Federal en el trabajo de las universidades públicas”, lamentó López Zarate.
Pero en esta injerencia no sólo participa el Gobierno, “los políticos son acompañados por los empresarios, tomando como excusa las crisis de las universidades, imponiendo a las universidades medidas administrativas, las cuales son aceptadas porque a cambio se les da a las Instituciones de Educación Superior (IES) una bolsa de recursos frescos”, señaló el rector de la UAM-A.
Pero estas medidas impuestas no son eficaces, más bien “son similares a las que vendían en el medioevo los merolicos, se les da una gran publicidad y están cargadas de retórica, se contrata a gente ajena a la vida académica y finalmente son un placebo”, dijo Romualdo López.
Al mismo tiempo, además de defender y reforzar la autonomía universitaria, también se tiene que revisar la estructura de los fondos extraordinarios para asegurar que estos fortalezcan la Educación Superior, dijo.
Desigualdad, principal factor a combatir
“El principal reproductor del rezago educativo es el propio sistema educativo, es este sistema el que potencia la exclusión”, señaló en su ponencia el académico Gil Antón; y ejemplificó: “la posibilidad de acceder a la Educación Superior, de un estudiante con un padre que no tienen educación, es del dos por ciento; mientras que un estudiante con un padre con posgrado, tiene una posibilidad del 93 por ciento.. o sea, es cero contra siempre… esto es un desbarrancadero de desigualdad”, lamentó el investigador de El Colmex.
En el Sistema Educativo Nacional (SEN) “no hay retención, no hay inclusión y no hay aprendizaje, pero se espera que, a partir de que todo mundo haga exámenes, el sistema educativo mejore; y hay que esperar los resultados”, advirtió Manuel Gil.
Y para ejemplificar la desigualdad que padece el SEN, Gil Antón también puso como ejemplo los dormitorios de la Normal Rural de Ayotzinapa, en los cuales no se encuentra diferencia entre estos y los que hay “en un presidio”; la desigualdad es significativa en el país, por ello hay que pensar en términos de equidad y no confundir los medios con los fines, aseguró Gil Antón.