Cientos de estudiantes se concentraron en la Universidad China de Hong Kong este lunes, dando comienzo a una semana de movilizaciones y huelgas universitarias en protesta por la reciente negativa de Pekín de permitir la nominación directa de candidatos en las elecciones locales de 2017.
Los estudiantes, ataviados con prendas blancas y bandas amarillas, han repartido folletos informativos para llamar a la huelga mientras que otros han tocado música en el entorno de esta protesta, convocada por grupos como la Federación de Estudiantes de Hong Kong.
“Reclamamos una respuesta a nuestro llamamiento a respaldar nominaciones [a puestos del Gobierno local] por parte de la población”, declaró Alex Chow, líder de la Federación, que calcula que la asistencia ronda las 13.000 personas. La agencia Reuters señala que no hay estimaciones independientes o policiales al respecto.
En la mañana del lunes, estudiantes de más de 20 centros universitarios, según recoge Reuters, acudieron al campus de la universidad. “Creo que el 31 de Agosto, cuando la Asamblea Nacional del Pueblo (ANP, el Legislativo chino) tomó su decisión, destrozó los sueños de los hongkoneses que han estado luchando por la democracia en los últimos 30 años”, declaró Hong Yuen, estudiante de tercero, a la agencia de noticias.
Esta huelga coincide con el viaje a Pekín de algunos de los empresarios multimillonarios más importantes de Hong Kong, donde se espera que discutan sobre las políticas de su ciudad con el presidente de China, Xi Jinping.
Pekín anunció el 31 de agosto una reforma electoral para permitir el voto directo para el Gobierno local, aunque el Ejecutivo chino limitó las candidaturas a tres y puso como condición el respaldo previo de una comisión nominadora de 1.200 miembros.
Una coalición de grupos a favor de la democracia, encabezados por la organización civil Occupy Central, tildaron de “falsa democracia” la reforma y sus restricciones y han llamado a continuar lasmovilizaciones, incluyendo la organización de sentadas en el distrito financiero.
“Empieza una era de desobediencia civil”, proclamó entonces Benny Tai, uno de los líderes de Occupy Central, que convocó un referéndum a finales de junio – condenado como ilegal por China – en el que más de 700.000 personas se pronunciaron en favor del sufragio universal y más democracia. La semana pasada, cientos de activista marcharon por las calles y boicotearon la visita del enviado de China, que venía a explicarla restrictiva reforma impuesta por Pekín.
El gobierno chino prometió en 2007 poner en marcha algún tipo de elección directa para 2017. Tras el retorno de la excolonia británica a la soberanía china en 1997, la que fuera primera ministra británica, Margaret Thatcher, y el entonces principal dirigente chino, Deng Xiaoping, pactaron un acuerdo que preveía que Hong Kong mantuviera un “alto nivel de autonomía” dentro del principio conocido como “un país, dos sistemas”.
Pekín publicó el junio pasado un Libro Blanco en el que advertía que “el alto grado de autonomía de la Región Especial Administrativa de Hong Kong no equivale a una autonomía completa ni a un poder descentralizado”. También afirmaba que es imprescindible que los funcionarios de la ex colonia, incluidos los del poder judicial, “sean patriotas”.
Nota completa en El País.