Una de las principales apuestas en educación de la actual administración federal, es el Modelo Mexicano de Formación Dual, con el cual se buscará combatir la deserción en el bachillerato, disminuir el desempleo juvenil y dar un impulso a la productividad del país, así lo reconocen empresarios y autoridades educativas.
El Modelo Mexicano de Formación Dual (MMFD) empezó como un programa piloto en el ciclo escolar 2013-2014 con la participación de 12 entidades del país: Coahuila, Puebla, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua, Guanajuato, Sonora, Tlaxcala, Baja California, Chiapas, Nuevo León y el estado de México; en él participaron 150 empresas, 50 plantes del Conalep y más de mil alumnos. Ahora este modelo se pretende implementar a todos los bachilleratos técnicos y tecnológicos del país.
De acuerdo con el subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, la actual administración está dando los primeros pasos hacia la consolidación de este modelo el cual “no es fácil de instrumentar porque requiere de la suma de muchas voluntades”, principalmente de un estrecho diálogo entre empresas y escuelas.
La instrumentación de este modelo, requiere de la inversión de las empresas para que hagan las adecuaciones pertinentes en los espacios de trabajo y con sus capacitadores, así como estar en diálogo permanente con los planteles de EMS; de esta forma abrir la puerta a los estudiantes, aseguró Tuirán Gutiérrez luego de la firma del convenio entre la Coparmex y la Secretaría de Educación Pública (SEP) para impulsar la formación dual.
Este modelo de origen alemán, ha sido fundamental para que después de las crisis económicas, el país germano haya podido salir rápidamente de estos baches financieros, aseguró entrevista para Educación Futura, el embajador de Alemania en México, Viktor Elbling.
Para el embajador Alemán, el impulso a este modelo educativo, así como la vinculación de los planteles educativos con las empresas alemanas, será una de sus principales labores en nuestro país.
Para que esta iniciativa llegue a buen puerto y no se quede en buenas intenciones, “se requiere una revisión curricular a fondo para evitar que el Estado produzca mano de obra barata”, aseguró el investigador de El Colegio de México y director académico de Educación Futura, Manuel Gil Antón.
En Alemania estos sistemas funcionan en la medida en que pasan dos cosas, 1) que la formación de los jóvenes no se reduzca a instrucción, ya que no son espacios de capacitación laboral; y 2) se necesita una industria en la cual el conocimiento sea parte de las fuerzas productivas y no como en la actual economía mexicana, que se mueve por los bajos salarios, señaló Gil Antón.
El MMFD busca la vinculación de la teoría y la práctica, integrando al estudiante en la empresa para desarrollar sus competencias profesionales, al tiempo que desarrolla competencias genéricas y disciplinares a fin de lograr una educación integral mediante la concertación de convenios de colaboración y coordinación educativa entre empresa y planteles.
Sólo al lograr que el modelo dual realmente ofrezca una educación integral, éste podrá combatir la deserción, aseguró Alma Maldonado, académica del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav; quien destacó el caso de un Conalep del norte del país, donde se buscó a personas que habían abandonado sus estudios de media superior, ofreciéndoles una certificación de soldador con validez internacional, lo cual les permite trabajar en casi cualquier lado.
El Conalep ha implementado diferentes fases del Modelo Dual en México, colaborando con varias empresas alemanas, en algunos de sus planteles, en seis estados de la República. El caso del Conalep que ofrece la certificación de soldador, es único por recuperar a personas que abandonaron sus estudios. Actualmente no hay una política de Estado que permita recuperar a los más de 600 mil jóvenes que dejan sus estudios de bachillerato cada año, señaló la académica Alma Maldonado.
Lo que buscan los empresarios con la utilización de este modelo, es tener la capacidad de implementar innovaciones tecnológicas a sus procesos de producción, según ha reconocido el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Juan Pablo Castañón; lo que se advierte es una nueva generación empresarial que esta valorando la creatividad y la innovación para el desarrollo de sus empresas.
Con lo anterior, de acuerdo a Juan Pablo Castañón, se podrá impulsar la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, que conforman el 99.8 por ciento de las empresas del país y emplean al 65 por ciento de los trabajadores en México.
Para Gil Antón esta característica es fundamental: que la empresa no requiera mano de obra barata, sino manos y cerebros bien pagados, para lo que la certificación de un “saber hacer”, recupera el valor de un técnica, hasta ahora, subvaluada, señaló.
Algunos de los problemas reconocidos por las autoridades educativas que tienen los jóvenes recién egresados de la educación media superior, son: falta de experiencia, escaso capital social, formados en un número reducido de carreras, muchas de ellas «saturadas» en el mercado laboral.
Lo anterior, se traduce a menudo en altas tasas de desempleo y subempleo, baja productividad e ingresos precarios de los egresados de la educación media superior. De acuerdo con la Coparmex, sólo el 47 por ciento de los jóvenes entre 15 y 29 años tienen un empleo digno.
El MMDF, se constituye en una de las opciones para preparar a los jóvenes para el empleo, mediante las siguientes acciones:
- Establecer en los programas de estudio un equilibrio armónico entre la formación teórica y práctica, para lo cual es necesario alternar el período de formación en el aula con el espacio del trabajo.
- Desarrollar en los jóvenes las competencias necesarias para que logren un buen desempeño laboral al egresar, sin que se requiera un entrenamiento adicional para iniciar su etapa productiva.
- Formar a los jóvenes en carreras y campos de interés para las empresas.
Con mesura, para los académicos Alma Maldonado y Manuel Gil Antón, los mexicanos deberíamos estar abiertos a este modelo de formación, cuidando en todo momento que las escuelas no se conviertan en propedéuticos empresariales y que el Estado no empeñe sus esfuerzos a producir mano de obra barata.