En los últimos 14 años, la UNAM ha privilegiado la contratación de maestros de asignatura sobre el reclutamiento de docentes de tiempo completo o carrera.
En este tiempo, la Máxima Casa de Estudios incrementó en más de 10 mil su número de académicos, pero la mayoría son profesores de asignatura.
De acuerdo a estadísticas de la propia institución, en 2000 había 36 mil 208 académicos y para este año suman 47 mil 48. Mientras el número de profesores de carrera o de tiempo completo sólo aumentó un 7 por ciento, el de asignatura creció en 30 por ciento.
Por ejemplo, en bachillerato pasaron de ser 5 mil 697 a 7 mil 243 docentes y de ellos, el 78 por ciento fue contratado por horas-clase.
En las Facultades también creció en 5 mil 731 el número de docentes y el 66 por ciento de ellos fue contratado por asignatura.
“Por la complejidad y el avance de los conocimientos, el mejor modelo sería el de los profesores que hacen investigación y docencia, y no sólo que estudien los textos para ir explicarlo a los estudiantes.
“Aún en el bachillerato, los profesores requieren de tiempo para preparar sus clases y si fueran de tiempo completo podrían dar tutorías”, comentó María de la Luz Arriaga, integrante de la Asamblea de Académicos de la UNAM.
Este sector de profesores, señala, enfrentan cierto “desprecio” en la institución, a pesar de ser mayoría.
En bachillerato, todas las horas por las que son contratados las pasan frente a grupo, conformados por hasta 60 alumnos. En un semestre pueden atender a más de 200.
Además, no gozan de año sabático ni de Seguro de Gastos Médicos Mayores.
En licenciatura los de asignatura no son contratados por más de 18 horas semana-mes.
Con ello, estos maestros no pueden ser miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), pues se les pide impartir al menos 20 horas-semana-mes en una misma institución de educación superior.
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