A pesar de los distintos tipos de acompañamiento y tutorías que existen “los modelos educativos tradiciones han cedido el paso a los modelos tecnológicos en los que los alumnos y alumnas dejan de ser actores silentes para ser autores de episodios didácticos en los que superan al docente en el manejo de herramientas para la comunicación”, destacó la maestra Beatriz Adriana Sánchez Hernández, coordinadora del departamento de tutorías del Instituto Politécnico Nacional (IPN), durante su participación en el foro región tres, celebrado en Aguascalientes, el pasado 9 de abril, que pasó revista al modelo educativo de la Educación Media Superior (EMS).
Por lo anterior, “la participación de alumnos como asesores de sus pares ha sido una herramienta con potencial en el Instituto Politécnico Nacional en el marco del Programa Institucional de Tutorías; las y los jóvenes asesores encuentran a través de esta acción un espacio para el desarrollo de habilidades y valores como lo son el despertar de la vocación por la docencia como una experiencia temprana que, de prosperar, puede capacitarles para en un futuro participar como docentes formados ‘in situ’, toda vez que en la asesoría ensayan y validan formas de comunicación y estrategias de aprendizaje que permitan a sus pares formar una noción o un concepto, así como desarrollar una habilidad o actitud”, destacó la maestra Sánchez Hernández.
Esta actividad, “también desarrollan valores como la empatía y la responsabilidad; la alumna o alumno asesor asumen el compromiso de estar para el otro, en un ejercicio de administrar recursos como el tiempo libre y medios de enseñanza y aprendizaje. Por otra parte, esta participación permite a los alumnos y alumnas asesoras liberar servicio social para los Programas Académicos que así lo tienen estipulado”, señaló en su ponencia Adriana Sánchez.
“Los y las jóvenes asesorados a su vez, son beneficiados por una atención personalizada en circunstancias de igualdad, en las que las relaciones de poder son sustituidas por relaciones de colaboración, atmósfera que les permite abrirse a exponer sus dudas y expresarse de una manera que difícilmente lo harían con un adulto, que aunque tenga todo el conocimiento y la experiencia en un campo disciplinar, no comparte códigos ni referentes porque sus circunstancias o condición de vida son distintas”, destacó esta maestra en su participación durante los foros convocados por la Secretaría de Educación Pública.
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