Durante el desarrollo de la tercer mesa del encuentro académico La educación hoy: un diálogo fundado en el saber, realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Aurora Loyo, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales, de esta casa de estudios, afirmó que los parámetros con los que se mide y evalúa la calidad educativa, responden a lineamientos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la prueba PISA, los cuales abren la “caja de pandora” para exhibir los bajos niveles educativos en nuestro país.
Estos resultados, agregó, contribuye a la imagen del fracaso de las escuelas y maestros, y pone en evidencia, las íntimas relaciones entre la cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el aparato gubernamental.
Señaló que ahora, más que los grupos sindicales, son los empresariales los que manipulan y modifican el sistema educativo a modo de que les sea conveniente y obtengan ganancias por ello.
Explicó que las primeras ideas por “retomar la rectoría de la educación”, han surgido de las organizaciones civiles; sin embargo, la administración del presidente Peña Nieto las ha retomado como eje central del discurso de la reforma educativa.
En este sentido, reconoce que la rectoría educativa ha sido tomada por el gobierno como un disciplinamiento de los maestros y el sindicato. Un ejemplo, indica, es la centralización de la nómina educativa, un elemento fundamental en la administración de la misma.
Finalmente señaló que el futuro educativo va a depender más de lo que pasa en la economía y el ambiente político más que lo que suceda en las aulas.
Los bonos de inversión son herramientas de mucho riesgo: Alma Maldonado
Por su parte, Alma Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, señaló que las recientes declaraciones del presidente Enrique Peña Nieto sobre invertir más de 50 mil millones de pesos en infraestructura educativa, parecieran descabelladas, pues los bonos de desarrollo con los que se plantea cubrir este gasto, son herramientas económicas de mucho riesgo y no alcanzan para cubrir estas cantidades.
“El gobierno busca que el dinero de inversión educativa, provenga de las Afores y la recaudación fiscal, elementos que no tienen gran sustento económico.”
Agregó que la administración de Peña Nieto planea invertir más del doble de lo que se hizo en 2012: 22 mil millones de pesos, por lo que no es viable que los 50 mil millones salgan de las bolsas de los mexicanos, lo que requeriría de inversión privada.
La investigadora duda que en verdad se cumplan estos objetivos pues para el siguiente año se plantea una reducción del presupuesto de más de 7.8 mil millones de pesos.
A esto se suma, dijo, los más de 1182 millones de pesos del recorte de las Universidades Públicas, “por lo que no sabemos de donde sacaran los 50 mil millones que pretenden invertir”.
Finalmente, Hugo Aboites, rector de Universidad Autónoma de la Ciudad de México, señaló que en 10 años se ha triplicado la inversión en educación, y actualmente, enfrentamos una reducción drástica de financiamiento y matrícula.
Agregó que hasta hace unos años, la resistencia magisterial luchaba por salarios dignos y mejores condiciones educativas. Ahora, con los diversos recortes, se puede pagar a dos profesores con el salario de uno, lo que genera un mayor enfrentamiento magisterial.
También, señaló que hay un cambio en la discusión del rumbo educativo.“Hasta hace unos años, el gobierno negociaba con las grandes organizaciones obreras y campesinas, y ahora estas negociaciones y decisiones se toman junto a organizaciones empresariales, como Mexicanos Primero”, finalizó.