La violencia política y social llevan, indudablemente, a la censura de la disidencia y el acallamiento de la palabra.
Esto lo señaló Natalia Duque Cardona, investigadora de la Universidad de Antioquía de Colombia, durante la ponencia “Resistir al saqueo del lenguaje. Un asunto de dignidad”, donde agregó que durante los diversos procesos de censura y represión, las prácticas de censura a la palabra son comunes, sobre todo, en Latinoamérica.
En el marco del II Coloquio Internacional sobre Prácticas Lectoras en clave Interseccional y Post-colonial: subjetividades subversivas y desdenes ontológicos desde otros mundos, Natalia Duque advirtió que los más profundos actos de barbarie comienzan con la censura de la palabra.
“Las acciones de violencia política se acompañan de silencios estratégicos, pues lo que no se dice repercute en el estado social de una comunidad”, añadió.
Ante ello, dijo que la resistencia al despojo de la palabra es un acto de dignidad, y que ante el acto de este saqueo, la sociedad responde con cuentos, cantos, poemas, grafitis, arengas y demás palabras que se convierten en formas de rebeldía.
Resistirse al saqueo del lenguaje, se convierte en un acto de dignidad social y de poder construir alternativas a la realidad
Finalmente detalló que el lenguaje y la comprensión lectora nos aportan muchos elementos para construir sociedades democráticas y que no sean espacios de saqueo ni de barbarie.
Por su parte, Fabiana Parra de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina, resaltó la necesidad de construir espacios universitarios y sistemas educativos decoloniales y de resistencia, pues desde estos centros se debe afinar las habilidades de escucha, comprensión y comunicación.
Para ello, explicó, se debe fomentar la lectura crítica de la sociedad desde diversas perspectivas, para dar paso a pequeñas subversiones que formen nuevas forma de pensamiento.
Insistió que existe una necesidad de llevar a cabo una praxis que implica la articulación entre la interseccionalidad y la perspectiva filosófica materialista que implica leer los procesos y fenómenos sociales como parte de un todo complejo estructurado y articulado en el que existen contradicciones, ambigüedades que hay que atender irremediablemente.
Para ello, añadió, se deben abordar las críticas de las opresiones desde sus matrices de dominación.
También, dijo, se deben cuestionar los privilegios propios y promover micropolíticas de resistencia cotidiana
Finalmente, dijo que la interseccionalidad no puede ser un slogan, cómplice de las exclusiones sistemáticas de la colonialidad del saber y del capitalismo académico; sino una práxis integral que nos comprometa con problemas reales y urgentes
Este Coloquio tiene como objetivo fundamental presentar algunas reflexiones en torno a experiencias o prácticas “letradas” otras, desarrolladas por fuera de los ámbitos académicos convencionales y que además de interpelar modos tradicionales de ejercer la ciudadanía, proponen operar colectivamente. Es por esto que partiendo de una comprensión de la idea de una literacidad universal, conversan en esta propuesta algunos referentes epistemológicos que van desde la perspectiva decolonial hasta aquellas en las que se pone sobre la mesa el valor de la performatividad política.
En este marco, se puntualiza en las epistemologías feministas que problematizan las formas en que se entiende la construcción del conocimiento desde el modelo económico y social actual, es decir desde el capitalismo y el patriarcado. Hay muchas discusiones sobre la falta de aplicación y pertinencia de los resultados de investigaciones elaboradas desde las burbujas académicas y del extractivismo de conocimientos que se da en muchas de las comunidades mal entendidas como “vulnerables”.