Hace dos semanas salió la convocatoria del congreso “Los retos de la educación superior en México” La gestión del conocimiento y de las instituciones educativas” emitida por la Universidad Marista de Querétaro y el Instituto Queretano San Javier para festejar los 200 años de la presencia marista en el mundo y 75 años en México.
Uno de los propósitos del congreso es conjugar el interés por la educación desde perspectivas de lo público y lo privado, y en distintos niveles que van desde lo local, regional, nacional e internacional. Para ello, se han definido cinco ejes temáticos.
El primer eje temático plantea el reto de la gestión del conocimiento en un marco más amplio como la denominada sociedad del conocimiento o las ciudades del aprendizaje. Desde hace un buen rato, el CONACYT (e incluso la SEP) ha incorporado este discurso como fundamento conceptual sobre el que se edifican programas de formación e investigación, pero ¿Qué significa eso que denominamos sociedad del conocimiento y cómo trabajar en su gestión?
El segundo reto, es la educación privada en México. El año pasado la ANUIES, autoridades de la SEP y del senado de la república convocaron a un foro el 03 y el 09 de marzo para analizar la legislación mexicana de la educación superior. En este evento se planteó la vigencia de la legislación y la necesidad de actualizar la ley general de educación superior (La jornada, 11 de marzo, del 2016), que dicho sea de paso, data de 1978.
También se planteó en dicho foro ¨las bases jurídicas para asegurar la pertinencia y calidad de la educación superior, así mismo las bases jurídicas que se deben establecer para la planeación, coordinación y evaluación de la educación superior. ¿En este foro se consideró a las Instituciones de educación superior privadas? ¿Habría que pensar la regulación de la calidad y la pertinencia de las universidades privadas con y sin fines de lucro (como el caso Laureate-UVM), las que están y no están acreditadas, las que son privadas y laicas, pero también las de inspiración religiosa?
Eduardo Ibarra Colado (1957-2013) sostenía como una de sus tesis que poco se conocía de las universidades, a lo más se tenía una idea de la universidad. Esta tesis dio origen a los cuatro estudios sobre las universidades públicas mexicanas -que realizó con varios colegas y que al final es conducido por Angélica Buendía- y la existencia de una estupenda base de datos para conocer el pulso de las universidades públicas mexicanas, el Laboratorio de Análisis Institucional sobre las Universidades Públicas Mexicanas, LAISUM.
En este tenor, a mi juicio conocemos ahora un poco de las universidades y de sus funciones sustantivas, sobre todo de la docencia y la investigación, pero son realmente retazos. Por ejemplo, ¿qué sabemos sobre la última función sustantiva de la universidad, en este caso: la vinculación, la extensión y la difusión?, ¿Las universidades privadas laicas y de inspiración religiosa promueven la vinculación, la extensión y la difusión? Estas son sólo algunas preguntas que forman parte del tercer reto que se plantea en el congreso.
En el caso del cuarto reto, la UNESCO ha introducido un nuevo tema en la agenda educativa una vez que la educación ha dejado de ser un proceso cerrado y que más bien se presenta como abierto y permanente: la educación a lo largo de toda la vida. Dentro de este punto, hay varios temas por considerar: las propuestas filosóficas, las políticas y prácticas educativas, los modelos educativos, y por supuesto el tema de la reforma y el modelo educativo, que dicho sea de paso aparecerá en versión corregida y amentada en este mes de febrero. En el caso del quinto reto, no puede quedar fuera la oferta educativa no escolarizada y los modelos educativos innovadores. ¿Las instituciones educativas en general están preparadas para este nuevo reto?
Finalmente, ¿Quiénes son los invitados? La respuesta es, todos, estudiantes, profesores, investigadores, funcionarios de instituciones educativas públicas y privadas. De la misma manera nos acompañarán conferencistas magistrales con visiones abiertas y distintas posturas intelectuales, religiosas, políticas y sociales. La primera prueba del congreso será mostrar el poder de convocatoria de la red marista en México.