Después de que el normalismo mexicano estuvo en el olvido por muchos años. Hoy, la inercia que trae consigo la reconfiguración del Sistema Educativo Mexicano con la “Cuarta Transformación” de México, parece abrir una posibilidad para que los normalistas tomen la bandera del cambio que es tan necesario en las escuelas normales de nuestro país; esto, sin perder la esencia que por varias décadas las ha caracterizado: la formación docente bajo la pedagogía y la didáctica que las permea hasta sus cimientos.
Para nadie es desconocido que, después del ataque brutal del que fueron objeto las normales durante el sexenio de Peña Nieto, particularmente, en la mísera gestión de Nuño Mayer y compañía, el normalismo mexicano entró en una incertidumbre que acabo por tener cierta claridad con los inicios de esa Cuarta Transformación a la que he hecho referencia. Ciertamente, llegó a la Subsecretaría de Educación Superior un personaje que, más que por voluntad propia, ha intentado atender las indicaciones de su jefe en cuanto a los compromisos de campaña que éste expresó a los cuatro vientos y que en los últimos meses ha venido confirmando en diferentes espacios: las escuelas normales deben fortalecerse (https://lopezobrador.org.mx/2019/03/29/anuncia-presidente-fortalecimiento-de-escuelas-normales-reitera-disposicion-de-dialogo-con-bases-magisteriales/); esto, con la intención de que su formación sea acorde a las exigencias y de formación que la misma sociedad reclama, pero también, para que sus egresados tengan mayores oportunidades de contratación una vez que hayan culminado sus estudios.
Buen gesto pareciera ser éste; sin embargo, al respecto bien valdría la pena preguntarse si, con el recorte presupuestal que afectó directamente ese “fortalecimiento” en este año, es decir 39% menos que el anterior (447.5 millones), se logrará el compromiso prometido (https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/buscan-revivir-normales-con-39-por-ciento-menos-de-dinero-presupuesto-pef-educacion-2872547.html). ¿Hacer más con menos? Interesante pregunta que nos lleva a revisar lo que en estos días viene sucediendo en este Subsistema.
Como seguramente usted tiene conocimiento, en el mes de marzo, la Junta del Mecanismo de Coordinación Nacional de Autoridades de Educación Normal, cuya integración conforme a ciertos lineamientos, reglamentos, estatutos, etc., aun es desconocida e incierta, emitió una convocatoria para que las comunidades normalistas participaran en la formulación de propuestas para “fortalecer” y “transformar” las normales del país; propuestas que, una vez superadas las etapas que en dicha convocatoria se especificaban (escolar y estatal), y en las que se elegirían a los delegados (escolares, estatales y nacionales) efectivos, se expondrían los días 16 y 17 de mayo en Metepec, Estado de México, sede del Congreso Nacional para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales Públicas del país.
De los resolutivos de Metepec: https://www.siben.sep.gob.mx/congreso_nacionalen/index.php/principal/nacionales) y de las demandas plasmadas en los Acuerdos de varias mesas en las que trabajaron los más de 250 delegados nacionales que asistieron a éste, dicho Congreso fue declarado como “permanente”; esto, por la relevancia que significa construir un proyecto nacional de tal envergadura para “fortalecer” y “transformar” las normales.
Así pues, y en medio de un serio conflicto que enfrentó días después el titular de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) por los cambios que se intentaron promover desde la cúpula directiva para que a la siguiente etapa no asistieran los 255 delegados nacionales sino 1 por entidad, el pasado 4 y 5 de julio, en el Estado de San Luis Potosí, con la asistencia de 230 delegados nacionales, se desarrolló la segunda fase del Congreso Nacional que he referido. Los resolutivos de San Luis Potosí, pueden consultarse en el enlace que en el párrafo anterior he colocado; sin embargo, no está por demás mencionar algunos pormenores que de éste se desprenden.
Dada la imperiosa necesidad de contar con un gran proyecto nacional para el “fortalecimiento” y “transformación” de las normales, puesto que los tiempos apremian y éste deberá culminarse antes de que fenezca el plazo de 180 días (derivado de las reformas que sufrió el Artículo 3º de nuestra Carta Magna) en el que se deberá entregar a los “representantes” del pueblo, un documento que podría regir la vida del normalismo en México; es que los delegados de las mesas de trabajo: 1. El docente que queremos formar para la transformación del país. 2. La escuela normal, proyección hacia el futuro. 3. Desarrollo profesional de los formadores. 4. Autonomía para las escuelas normales: qué tipo de autonomía necesitamos. 5. Ruta curricular: qué hacer y hacia dónde ir; se dieron a la tarea de construir diversas propuestas con el propósito de atender las diversas problemáticas que se viven en cada una de las normales de los estados de la República Mexicana.
Al respecto, debo señalar que el trabajo fue intenso, agotador, extenuante; no obstante, las discusiones, las divergencias y convergencias, fueron por demás enriquecedoras. Créame, los múltiples problemas que enfrentan las normales fueron planteadas, pero también, generaron un buen número de propuestas que podrían favorecer a estas instituciones cuyo objetivo es trascendental para la vida del país: la formación de docentes. En este sentido, es que le invito a que consulte los documentos referidos porque, como podrá darse cuenta, en éstos se vislumbra una mayor claridad sobre el normalismo con el que se quiere contar en los próximos años.
Ciertamente, habrá quién pueda señalar que hay fallas o se han cometido errores en la definición, conceptualización y/o en el planteamiento de las propuestas. Es obvio y puede ser que así sea. De hecho, un poco de autocrítica no le hace daño a nadie; sin embargo, los trabajos (apresurados como lo han sido) se han dado en términos profesionales y con un alto sentido de responsabilidad y compromiso por parte de quienes están participando en esta encomienda: los delegados.
Tal vez, hasta este momento, se haya dimensionado la enorme responsabilidad de la tarea que ha sido encomendada. Tal vez, hasta este momento, se haya comprendido la relevancia del proyecto nacional que necesitan las escuelas normales. Tal vez, hasta este momento, se vislumbre el normalismo que muchos mexicanos queremos. Tal vez, el cambio que siempre se ha construido en el imaginario normalista, por fin llegue a ser una realidad; esto, si se tome esa bandera de cambio en manos propias para lograr lo que siempre se ha exigido: la formación de maestros y maestras de México.
Con negritas:
Dada la declaración hecha por el propio Subsecretario de Educación Superior en cuanto a que el Congreso Nacional para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales Públicas, es un espacio “democrático y plural”; sería importante que tal funcionario repensará dichos términos. Las “intentonas” que ha propuesto la propia autoridad educativa para “asegurar” una mejor forma de trabajo con la disminución de delegados en dicho Congreso, han dejado mucho que desear, pero también, han dejado muy mal parado al propio Director de la DGESPE.
En política forma es fondo, sin embargo, la construcción de ese proyecto nacional se ha dado en términos académicos por parte de los delegados, ¿entonces? Dejémonos de cosas; puede ser que la desconfianza sea recíproca; no obstante de algo estoy seguro, porque así lo he visto y comprobado, los normalistas queremos un mejor normalismo, ¿qué es lo que quiere la autoridad educativa?; a la que por cierto, se le ha olvidado publicar los cursos de la malla curricular 2018 para las escuelas normales; de hecho, ha roto todos los esquemas y/o planteamientos sobre diseño curricular que han propuesto diversos especialistas en la materia, puesto que esa malla curricular (2018), ni se “piloteó” ni se ha culminado y, en el mencionado congreso, se habla de la construcción de un nuevo plan de estudios alineado a los principios de la Nueva Escuela Mexicana. Entonces, ¿qué piensa la autoridad educativa?, ¿qué se trabajará con planes de estudio inacabados o que se trabajará con otros que ya existen (2012), mientras se construyen otros?
Al tiempo.