Fidel Ibarra López
En días pasados, el gobernador Enrique Alfaro, señaló que en Jalisco se va a regresar a la clase presencial. ¿Por qué motivo? El argumento del gobernador y las autoridades educativas del estado, es que “la ausencia de clases presenciales ha mermado el aprendizaje y el desarrollo psicoemocional de los alumnos; además, el incremento del abandono escolar”. La fecha del retorno a clases no se define todavía, pero “según los datos” de las autoridades de salud, “este año sí podría haber condiciones para que los alumnos regresen a las aulas, ya que los contagios de SARS-CoV-2 en Jalisco están en un momento de estabilidad con tendencia a la baja”. (Infobae, 19 de septiembre del 2020).
Analicemos esta pieza discursiva. El argumento que utilizan las autoridades educativas de Jalisco es un argumento válido. Un servidor ha hecho hincapié en el hecho de que con el actual modelo de educación a distancia se mantiene en pie el ciclo escolar; pero no los aprendizajes. Al argumento le abona las condiciones de marginación en las que se ubican cientos de escuelas de educación básica y que involucran a miles de alumnos. De acuerdo con el informe del INEE “Principales cifras. Educación básica y media superior Inicio del ciclo escolar 2016-2017”, para el ciclo escolar 2016-2017, el grado de marginación en escuelas de educación básica se presenta de la siguiente forma: para preescolar (general), 855 escuelas presentaban un grado de marginación alto; en primaria (general), el número se extendía a 1,434 escuelas; y en secundaria (general), el problema es menos agudo, porque representan solamente 92 escuelas; aunque en secundaria técnica, Telesecundaria y Comunitaria, el problema es significativo, porque involucra a 59, 271 y 227 escuelas (INEE, 2018; p. 97). El problema pues, se tiene en preescolar y primaria. E involucraba -para el ciclo escolar en cuestión- a 33 mil 991 alumnos en preescolar y a 95 mil 361 en primaria. Y al hablar del grado de marginación alto, hablamos de escuelas que tienen problemas con la infraestructura básica (sillas, mesabancos, pizarrones o pintarrones), no con escuelas que tienen problemas con el tema de acceso a las tecnologías (internet y computadoras), ese es otro tema más agudo todavía. Por tanto, un modelo de educación a distancia para alumnos que estudian en escuelas con estas características, es un serio problema en términos de aprendizaje. Por ello, la única salida para evitar un serio rezago educativo es el regreso a la clase presencial. En ese sentido, las autoridades educativas de Jalisco tienen razón en empujar el regreso a la clase presencial.
Sin embargo, no hay condiciones objetivas para el retorno a las aulas. Y es aquí donde se instala la irresponsabilidad de parte del gobernador Enrique Alfaro, así como de las autoridades sanitarias del estado. Aporto dos argumentos para fundamentar mi análisis: en primer lugar, se está planteando un escenario de retorno a las aulas sin considerar (objetivamente) la situación de la pandemia. En estos momentos se está presentando un escenario de rebrote de contagios. Un rebrote que ya se presentó en algunos países asiáticos -China, por ejemplo, el cual logró controlar de forma eficiente- y que ahora se está presentando en el continente europeo. En ese sentido, el rebrote está mostrando las mismas características que la primera oleada de contagios -la pandemia surge en Asia, se traslada a Europa y finalmente llegó al continente americano-. Y este rebrote igualmente terminará presentándose en nuestro país. Y el golpe va a ser durísimo. ¿Por qué? Porque las autoridades de las entidades federativas están tomando decisiones de acuerdo al número de contagios que se está manifestando en estos días. El semáforo está en naranja, dicen, y con tendencia a la baja; y, por ende, ya se puede hablar de abrir espacios como estadios deportivos, teatros y demás espacios públicos. Incluyendo dentro de esos espacios a la escuela. No se está considerando entonces, el escenario de rebrote que se nos va a presentar desde el mes de octubre y noviembre. Y eso es una irresponsabilidad.
Hay otro elemento que no se está considerando. Y es un elemento científico: de acuerdo con los especialistas en la materia, los niños son altamente transmisores de coronavirus. ¿Por qué? Porque tienen una carga viral más grande que el resto de la población. Los niños, por su propia condición, diseminan muchos las enfermedades porque no toman precauciones y son difíciles de controlar. En otras palabras, los niños son el vehículo perfecto para transmitir la enfermedad. (Bousmaha, 10 de marzo del 2020). Por esta razón, es complejo hablar de un regreso a las aulas. Aun y que se hable del uso de protocolos para ello.
Estos dos argumentos son dos argumentos de peso para reconsiderar con seriedad el regreso a las aulas. Y si se retorna, será más por una decisión del gobernador del estado antes que por una realidad objetiva. Dicho con otras palabras, será por una decisión política, antes que por una decisión basada en evidencia científica.
En todo caso, si se pretende actuar con responsabilidad frente al rezago educativo que se está manifestando en miles de niños jaliscienses, las autoridades educativas del gobierno de Jalisco tendrían que revisar con seriedad la forma como se les puede coadyuvar a los niños con sus aprendizajes en el modelo educativo de educación a distancia. Y, al mismo tiempo, prepararse para transitar de un modelo de educación a distancia a un modelo de educación en línea, en el caso de que la pandemia se extienda hasta el próximo ciclo escolar. Y la preparación implica tanto la capacitación docente, como la construcción de la infraestructura tecnológica para garantizar una educación en línea. Eso es actuar con responsabilidad. Lo otro es simple política.
Si alguna experiencia ha dejado esta pandemia, es que los políticos han pretendido echar para adelante iniciativas que parten por entero de los “datos” que ellos tienen, pero la realidad -¡oh la terca realidad!-, termina por imponerse. En esta iniciativa del gobernador Enrique Alfaro no va a ser la excepción.
A manera de colofón: Si la iniciativa del gobernador Alfaro es para darle la contraria al gobierno federal, entonces la iniciativa es doblemente errada. No se puede poner en riesgo a la población por una simple mezquindad política.