*Rogelio Alonso
Durante los primeros cuatro años del gobierno de Enrique Peña Nieto la SEP destinó a publicidad 2,365 millones de pesos: 678 millones en los 32 meses de gestión de Emilio Chuayfett y 1,687 millones en los primeros 16 de Aurelio Nuño. El gasto propagandístico se intensificó cuando Nuño fue Secretario de Educación, llegando a gastar un promedio de tres millones y medio de pesos diarios, es decir, 146,440 pesos cada hora de ese periodo de casi año y medio. Las cifras anteriores fueron dadas a conocer en una nota periodística (http://www.proceso.com.mx/518651/el-despilfarro-de-nuno-en-la-sep-mil-687-mdp-en-publicidad-en-solo-16-meses-de-gestion) basada en información proporcionada por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Los indignantes montos anteriores coexisten, de manera inexplicable, con el desplome dramático del gasto educativo que se ha dado a partir de 2015: de 351,000 millones aprobados en ese año, tres después se han aprobado 275,000 millones de pesos, es decir, un recorte de 12%.
El despilfarro en publicidad por parte del gobierno federal y, en particular, de la SEP, resulta indignante al revisar las malas condiciones de la infraestructura educativa nacional (INEE, 2016): basta decir que menos de la mitad de las escuelas (45%) cuenta con los servicios básicos de agua, luz y drenaje, que sólo la mitad de las instituciones educativas (54.8%) cuenta con cancha deportiva, que una de cada diez escuelas (11.1%) carece de tazas sanitarias o éstas no funcionan, o que en apenas una de cada cuatro escuelas (23.3%) hay acceso a internet. ¿Cuántas canchas deportivas se pudieron haber construido, cuántas tazas sanitarias se pudieron haber adquirido o cuántas redes hidráulicas o eléctricas se pudieron haber instalado con los casi 150 mil pesos que destinó la SEP, cada hora, para promoverse en los medios de comunicación durante los primeros meses de la gestión de Aurelio Nuño? Resulta difícil entender la lógica de alguien que considera que los enjambres de spots son más importantes que dotar a los alumnos de la infraestructura básica para ejercer su derecho a la educación.
De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el presupuesto para Publicidad de la SEP ha registrado un sobre gasto en los últimos años (2013-2016), es decir, se ha gastado más de lo aprobado inicialmente para este fin. Tan solo en 2015, los gastos en publicidad fueron 255% superiores a los que inicialmente se tenían contemplados, es decir, se gastó más de tres veces lo que se tenía destinado a este rubro. En 2016, el sobregasto alcanzó el 200%. Si bien la adecuación de los recursos públicos para cierto fin es permitida legalmente, el CIEP advierte que los sobregastos continuos y desproporcionados pueden ser reflejo de una mala planeación presupuestaria y niveles bajos de control y rendición de cuentas. De este modo, el hecho de que los gastos en publicidad sean superiores a los aprobados, implica también que se haya despojado de recursos a otros programas del sector educativo (por ejemplo, en remuneraciones a personal de confianza se registró un sub gasto de 28.6% en 2016). Además, el hecho de que se suscite un incremento tan desmedido en el monto para publicidad, pudiera ser también un indicio de falta de limpieza en el manejo de los recursos económicos.
En el periodo de 2012 a 2016, sin duda los spots más abundantes fueron aquellos relacionados con la implementación de la Reforma Educativa y la evaluación docente. En ellos, se hacía hincapié en que las políticas derivadas de las modificaciones constitucionales redundarían en la presencia de profesores más capaces en las aulas mexicanas. Paradójicamente, el promedio de gasto publicitario cuando Chuayfett y Nuño fueron secretarios de educación (591 millones de pesos anuales), superó ampliamente a los recursos asignados en 2013 a una de las instancias más importantes para la formación docente: 366 millones de pesos al Sistema Nacional de Formación Continua (INEE, 2016 b). Aunque no se puede asegurar que todo el presupuesto de estos años haya tenido como destino la promoción de la Reforma Educativa, muy probablemente se gastó tanto o más en promocionar la idea de los beneficios de un magisterio preparado, que en una de las instancias más importantes para la formación del profesorado.
Si bien la comunicación social es importante, la necesidad de gastar recursos en publicidad de una manera tan desproporcionada es reflejo de los escasos resultados favorables de quienes nos gobiernan. En el ámbito educativo, se tuvo que recurrir, por ejemplo, a la emisión de spots para tratar de promover la aceptación de la supuesta obra cumbre de este sexenio en la materia: el “nuevo” modelo educativo, el cual, de manera contradictoria, carecía de novedad y fue criticado severamente por amplios sectores de expertos. La evaluación docente, también uno de los temas educativos más relevantes del presente sexenio, provocó el rechazo de amplios sectores del magisterio por ser nociva para sus derechos laborales y también fue acreedora de valoraciones negativas de conocedores del tema, quienes advertían múltiples fallas metodológicas; el gobierno, en respuesta, inundó de anuncios publicitarios que promovían los supuestos beneficios de la evaluación docente. Así pues, se puede observar que la implacable carga de anuncios publicitarios oficiales fue un medio para distorsionar la visión sobre algunos de los grandes yerros gubernamentales en materia educativa.
Los gastos excesivos en publicidad de la SEP resultan indignantes sobre todo si se tienen en cuenta las lamentables condiciones materiales de muchas escuelas mexicanas (algunas sin agua, luz, drenaje, computadoras, internet, etc.). Es contradictorio que en los egresos para propaganda oficial reine la opulencia y el despilfarro cuando, simultáneamente, muchos centros escolares están sumidos en la precariedad. Además de lo obsceno que resultan los montos que se destinaron para la propaganda educativa oficial, es perverso también el contenido de la misma: intenta disfrazar con optimismo infundado la solución de los grandes desafíos educativos de nuestro país, promoviendo en muchos casos la simulación (como, por ejemplo, la construcción del supuesto modelo educativo vanguardista) y presentando una realidad distorsionada ajena e incongruente de la que viven cotidianamente todos los maestros y alumnos mexicanos. “Mucho ruido y pocas nueces” pareciera ser el principio que orienta a los spots oficiales, los cuales intentan transmitir la idea de la realización de obras educativas trascendentales mientras miles de alumnos no tienen una taza sanitaria para usar en su escuela.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Docente colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.) y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
CÁMARA DE DIPUTADOS .Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2017. México: AUTOR, 2016. Disponible en: http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5463184&fecha=30/11/2016 (consultado el 17 de enero de 2018).
CIEP. Las discrepancias en el presupuesto educativo: aprobado vs ejercido. México: CIEP, 2017. Disponible en: http://ciep.mx/las-discrepancias-en-el-presupuesto-educativo-aprobado-vs-ejercido/#_ftn3 (consultado el 17 de enero de 2018).
INEE. Infraestructura, mobiliario y materiales de apoyo educativo en las escuelas primarias. ECEA 2014. México: INEE, 2016.
ROA, Julio. El despilfarro de Nuño en la SEP: mil 687 mdp en publicidad en sólo 16 meses de gestión. México: Proceso, 2017. Disponible en: http://www.proceso.com.mx/518651/el-despilfarro-de-nuno-en-la-sep-mil-687-mdp-en-publicidad-en-solo-16-meses-de-gestion (consultado el 16 de enero de 2018)