Desde hace unos días se ha difundido un documento, con directorio y logotipos de la Secretaría de Educación, que se titula: Propuesta curricular 2016. Se trata del nuevo modelo de contenidos educativos con la lógica y propuestas para su implementación en las aulas de educación básica.
Desde las primeras páginas, se plantea una “renovación curricular”, a más de tres años de haber empezado la reforma educativa. Se justifica en los documentos legales, desde el artículo 3° constitucional hasta las leyes secundarias.
Se plantea como reto doble, definir los qués y los cómos. Se trata de “Definir qué debe enseñar la escuela” y “Transformar la cultura pedagógica para que los profesores puedan hoy formar a esos niños y jóvenes”. Este punto es indispensable para elaborar el diagnóstico y construir una propuesta en consecuencia. Sin embargo no es clara la explicación de cómo se realizó la valoración del currículo anterior, ni cómo se construye la propuesta para nuestro contexto.
En las primeras páginas se describe que el documento fue construido con base en los “foros de consulta”, se mencionan puntos débiles del sistema educativo, y se ocupan referencias de textos extranjeros. Se intenta justificar en que “se dispone hoy de más y mejor conocimiento de las necesidades de aprendizaje de los alumnos, de cara al siglo XXI, así como de las capacidades de los docentes y de las condiciones reales de operación del currículo”. Pero casi no hay investigaciones mexicanas como sustento de la propuesta.
Plantean que el desafío del nuevo diseño curricular debe integrar: la filosofía del sistema educativo, la demanda actual de capacidades y concepción del aprendizaje vigente en el campo del desarrollo cognitivo.
El documento también señala que “se hace indispensable incorporar a los contenidos de la Educación Básica las competencias para la vida que permitirán a las personas vivir en sociedad y aportar de forma constructiva sus saberes”. Esta aseveración está redactada como si el currículo que se quiere renovar, no tuviera ya “competencias para la vida”.
Y se menciona que, en el contexto de la sociedad de la información y el conocimiento, es necesario “aprender y enseñar a seleccionar la (información) que es relevante y pertinente; saber evaluarla, clasificarla, interpretarla, y usarla con responsabilidad”. Esta noción tiene una presencia relevante en la propuesta, para habilitar a los estudiantes en el manejo, selección y análisis de la información.
El planteamiento pedagógico se basa en los marcos de trabajo global de dominios de aprendizaje (UNESCO, 2013).
Objetivos de la propuesta curricular
¿Por qué es necesario renovar el currículo? La base de esta respuesta la ubican en los resultados de pruebas (estandarizadas) nacionales e internacionales. La “propuesta” argumenta que el currículo 2011: Se enfoca más en la enseñanza que en el aprendizaje; Es muy extenso; No da lugar a que los alumnos profundicen; Desestima las necesidades; No ofrece una formación integral; Es cerrado y poco flexible.
Como objetivos particulares, se prescriben líneas de acción para el Educando, para el Profesor, para la Escuela, y para la Familia. Esto último involucra a los padres de familia y tutores con labores específicas (que no mostraba el currículo anterior).
Medios de la propuesta curricular
- Focalizar y seleccionar contenidos prioritarios
- Dar Autonomía curricular a las escuelas
- Transformar la cultura pedagógica
- Diversificar acceso a materiales educativos pertinentes
- Aumentar el capital social y cultural de las escuelas
- Reconocer la diversidad de contextos y realidades
Nueva organización curricular
Se toma como punto de partida el Artículo 3° constitucional, en los rasgos del Perfil de egreso de la educación básica, y se proponen diez nuevos principios pedagógicos.
Aquí agregamos una comparación de los principios pedagógicos.
La Propuesta curricular plantea la organización de los contenidos programáticos en tres grandes componentes: Aprendizajes clave, Desarrollo personal y social y Autonomía curricular.
Primer componente: “Aprendizaje clave”
De entrada, se plantea como referente inicial las evaluaciones estandarizadas, y luego los maestros. “Este componente es de observancia nacional. Incluye los contenidos fundamentales para el desarrollo del perfil de egreso de la Educación Básica, y debe servir de referencia tanto a las evaluaciones estandarizadas que se apliquen a la población escolar como a los docentes en servicio o en formación” (SEP, 2016, pág. 75).
¿Qué es un aprendizaje clave?
“Es un conjunto de contenidos, habilidades y valores fundamentales que se adquieren específicamente en la escuela. En contraste, hay otros aprendizajes que, aunque contribuyan positivamente al desarrollo de la persona, pueden adquirirse con posterioridad a la Educación básica o por vías distintas a las escolares. La adquisición posibilita a la persona el desarrollo de un proyecto de vida a futuro y disminuye el riesgo de ser excluida socialmente” (SEP, 2016, pág. 75).
Segundo componente: Desarrollo personal y social
Aquí se proponen otras capacidades humanas, como complemento del “aprendizaje clave”, en áreas que no deben tener el tratamiento de asignaturas (como los actuales “temas de relevancia social”).
“Este componente curricular, también de observancia nacional, se organiza en tres áreas de desarrollo:
- Desarrollo artístico y creatividad
- Desarrollo corporal y salud
- Desarrollo emocional”
Tercer componente: La autonomía curricular
Se propone que cada escuela pueda decidir una parte del currículo. En preescolar decidirán del 15 al 50%; en primaria del 11 al 43%; y en secundaria decidirán sobre el 14 al 33% del currículo.
“La Autonomía curricular se organiza en cinco ámbitos:
- Profundización de Aprendizajes clave.
- Ampliación del Desarrollo personal y social
- Nuevos contenidos relevantes
- Contenidos regionales y locales
- Impulso a proyectos de impacto social”
Para analizar
A pesar de la carta firmada por los investigadores del COMIE y miles de investigadores más, y de las posturas de las diversas casas de estudio que realizan investigación educativa, en el documento se reconoce que “existe una gran brecha que desvincula la investigación y las prácticas educativas”. Habría que subrayar que esa desvinculación es intencional, ya que no se aceptan referentes de investigadores mexicanos, que resultan de gran valía para el análisis que se proponen.
Existe un elemento sobresaliente: el aprendizaje clave. Hay que tener en cuenta que la propuesta corresponde al trabajo desarrollado por César Coll desde la década pasada. Y ahora enfatiza más la prioridad de los aprendizajes básicos-imprescindibles, como piedra angular para desarrollar los demás conocimientos.
La propuesta de hacer más con menos, es interesante, y hacia allá tiende la Propuesta curricular. Sintetizar los contenidos “clave” de lenguaje y pensamiento lógico, ha sido el centro de los esfuerzos del currículo mexicano desde la década de los 90. Se percibe la acentuación de la carga horaria en Español y Matemáticas, porque en ambas asignaturas se trabajan los contenidos imprescindibles para habilitar el desarrollo cognitivo de los alumnos.
La propuesta del “aprendizaje clave” (o imprescindible), podría ser considerada el qué, pero el cómo, no se avizora tan factible, por las condiciones actuales del sistema educativo y sus administradores. Y por el reto que esto representaría para los profesores. En este documento, se menciona poco sobre la formación inicial y continua de los docentes.
Supongamos: si la valoración del currículo anterior fuera completamente válida y certera, y si el nuevo modelo curricular fuera suficiente y adecuado, la puesta en marcha de la Propuesta curricular requeriría grandes transformaciones en el sistema educativo, para aplicarse requiere de un gran compromiso de los profesores. Y ellos son los que tienen que profesionalizarse en la materia, si los maestros no se preparan o actualizan en estos términos, por óptimo que sea el diseño de la propuesta curricular, tenderá a fracasar.
En los últimos meses, los profesores han resultado afectados con la aplicación de la reforma educativa. Evaluaciones impuestas y acordonadas por fuerza pública. Preparación incompleta e insuficiente con mucha Incertidumbre. Nuevo régimen contractual que vulnera los derechos laborales… y muchas afectaciones en protestas e imposiciones en las escuelas de educación básica, como el calendario de 185 días.
Según el documento hasta aquí descrito, se tiene que someter a revisión de los especialistas, para analizar un acuerdo en materia curricular para el ciclo escolar que empezará en unas semanas. Existen muchos cabos sueltos en el documento, que serán pertinentes analizar más adelante. Hay que estar atentos a la consulta e implementación de esta propuesta curricular. El tiempo se agota. Termina el ciclo escolar, y también se termina el sexenio. Menos días.
Jefe de Redacción de Voces Normalistas
Conductor del programa Dimensión Educativa, en Radio Ciudadana, 660 AM
Twitter: @pluralidad